En este Día del Músico realizamos una reflexión sobre la industria digital musical como plataforma para un sinfín de proliferaciones sonoras en todo el mundo.
La Revolución 4.0 ha transformado las formas en que conocemos, escuchamos y compartimos la música de nuestro interés, pues la interconexión y descentralización de la información ha permitido un mayor y mejor acceso a toda una diversidad musical desde la última década. Esta expansión no solo ha cambiado la relación de los consumidores, sino la de los músicos con la gestión de sus trabajos debido a que existen muchas formas para poder llegar al público interlocutor de sus producciones.
Con la globalización, multiversos sonoros son vividos segundo a segundo por múltiples oyentes y, de igual forma, nuevos productores artesanales han tenido una profusión de creaciones a partir de la autodidáctica y autogestión en masterizaciones con plataformas de acceso libre o de bajo costo. Es así como la música emergente, artesanal y de acceso libre está en pleno despliegue, más aún, después de la pandemia, donde tuvo un crecimiento exponencial.
Ahora bien, surge la duda, ante tanta diversidad y oferta, ¿quiénes y de qué género son los artistas más escuchados? Según la plataforma Spotify, el cantante Bad Bunny se llevó el título de artista con más streams del mundo en 2021, muy seguido por la artista Taylor Swift y el grupo de K-pop BTS. Estas voces representan una explosión de géneros diversos que se mezclan y crean diversidades sonoras que a lo largo del planeta están teniendo buena recepción por parte de los oyentes digitales.
Cultura de masas vs. diversidad cultural
A mediados del siglo XX, varios críticos culturales de la famosa escuela de Frankfurt reflexionaron acerca del rol de la naciente industria cultural de ese entonces. Argumentaron que la expansión del mercado de la cultura daría lugar a la llamada “cultura de masas”, en donde los individuos, arrojados al mercado cultural, como entretenimiento y escape al mundo laboral, dejarían de lado las exigencias de un pensamiento autónomo y crítico, convirtiéndose en sujetos despojados, pasivos y consumidores de esa expansión, arrojados a reproducir lo dictado por la industria en patrones y estereotipos.
Las posibilidades de comunicación son inimaginables y la diversidad que las acompañan, también. Hemos presenciado que los artistas, activistas, críticos y analistas son más libres de expresar su pensamiento porque una gran red de intercambio global de comunicación lo permite. También hemos visto y escuchado discursos críticos que se han vuelto virales como, por ejemplo, el expresado por Madonna en 2016, en donde hace una reflexión importante sobre el género y la industria musical.
Un viaje sonoro
Abanicos sonoros inundan las redes, así como nuevos formatos e incluso emisoras que se han volcado a la actualidad digital. En Colombia, también la explosión musical ha sido cada vez más diversa, el auge de las fusiones, experimentaciones y combinaciones de géneros ha permitido una gran fuerza dentro de la industria latinoamericana.
Hablar de industria musical en nuestro país significa un viaje imparable entre experimentaciones que se hacen en zonas populares urbanas y en otras remotas, como en las riberas del río Atrato, en las orillas del mar Caribe o en los lindes del río Amazonas. Nos permitimos en este pequeño especial presentar un acercamiento a músicas diversas agrupaciones colombianas emergentes en las que las mezclas entre géneros, colaboraciones y experimentaciones se confabulan para mostrar una diversidad sonora de país:
Una industria que toma fuerza
Ante tan avasalladoras propuestas musicales, el mercado en Colombia ha empezado a organizar eventos alrededor de la industria musical emergente. En Bogotá, encontramos diferentes empresas y organismos que están fomentando y haciendo visibles las nuevas agrupaciones para el mercado musical como el Clúster de Música de la Cámara de Comercio y el Bogotá Music Market - BOmm, que en 2022 contó con la participación de 250 artistas, 109 agentes y 200 compradores seleccionados para participar en ruedas de negocios, espacios de speed-networking y el lanzamiento del Festival Centro.
El despliegue de géneros, propuestas y producciones ha permitido y exigido que los artistas tengan un gran potencial para mezclar de manera armónica diversos ritmos y tendencias musicales. En Colombia, géneros como como el rap, el trap, el hip hop, el indie rock, el afrobeat se mezclan con géneros clásicos y ritmos tradicionales de cada región en un sinfín de combinaciones e inspiraciones que desdibujan un solo encasillamiento musical para las producciones sonoras.
Más cerca que nunca
En la Universidad Central, la proyección de profesionales que estén al tanto de esta realidad de la industria es clara. A través de proyectos colaborativos como Central Sessions se ha buscado que los estudiantes y egresados puedan ser parte del circuito cultural digital de la música.
Conoce los Central Session AQUÍ
Asimismo, la participación de la Institución en el circuito artístico de la ciudad y del país en plataformas como Rock al Parque 2022 es representativa. El pasado 17 de noviembre se realizó la conferencia “La música como negocio y estilo de vida en Colombia” a cargo de Jorge Holguín "Pyngwi" y se llevó a cabo la presentación del concierto de Rock Sinfónico por parte del programa de Estudios musicales.
El mundo no es el mismo que hace tan solo diez años, el salto tangencial a las economías basadas en los bienes digitales ha cobijado una gran parte de las creaciones musicales, así como a sus formas de circulación. El músico actual debe ser también un buen gestor cultural y estar a la vanguardia tecnológica.
El progreso de la música es inimaginable a nivel sonoro y tecnológico. Estar en este mercado significa contar con una permanente actualización en las vanguardias de las industrias musicales. A su vez, es la oportunidad de que, en medio de estas diversidades, aparezcan tonos propios, críticos y autónomos, resaltando la vitalidad del lenguaje musical como potencial creador.
Fuente: Guillermo Guevara, director del programa de Estudios Musicales de la Universidad Central.