Con esta etiqueta global, cientos de mujeres denuncian abusos y acosos sexuales o se solidarizan con las víctimas. ¿Cómo surgió?, ¿cuál ha sido su impacto?, ¿cómo sumarse a la denuncia?
De acuerdo con Mundo hispánico, en 1996, la campaña Me Too fue fundada por la activista Tarana Burke. Mientras trabajaba en un campamento para niñas, Burke escuchó el testimonio de abuso de una niña por parte de un familiar y no pudo enfrentarlo. Ese fue la primera motivación del “Me Too Movement” (Movimiento Yo también).
En el 2006, Burke lanzó esta iniciativa como parte de la organización Just Be Inc, de la que es fundadora. Su uso se “popularizó” en octubre de 2017, luego de las denuncias por acoso sexual que varias celebridades de Hollywood hicieron contra el productor de cine Harvey Weinstein, convirtiéndola en una campaña global.
“Si todas las mujeres que han sufrido agresiones o acoso sexual escribieran en su estado de Facebook 'Yo también', la gente podría hacerse una idea de la magnitud del problema”, se leía en los muros de esta red social a finales de 2017.
Impacto
Pese a la viralización de esta campaña y la solidaridad entre y hacia las víctimas, las críticas a quienes denuncian no cesan, por lo que prevalece la cultura del silencio sobre la movilización contra la violencia sexual.
“En China, el #YoTambién ha sido catalogado como un movimiento desestabilizador que viene del extranjero y por eso se ha censurado en las redes sociales”, menciona el diario digital mexicano, Debate.
Sin embargo, es necesario continuar en la lucha por los derechos de las mujeres, en exigir al Estado que cumpla con su deber de garantizarlos y en apostarle a iniciativas que transformen las estructuras socioculturales para que “conlleven al respeto de los derechos de las mujeres y cuestionen la inevitabilidad de la violencia en las relaciones de género”, como afirma la Comisión Económica para América y el Caribe en su informe Violencia de género: un problema de derechos humanos.
Conocer para denunciar
Los tipos de violencia contra la mujer son: sexual, sicológica, física, económica, patrimonial y ginecobstetra, tal y como lo señala la Ley 1257 de 2008:
“Por violencia contra la mujer se entiende cualquier acción u omisión, que le cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual, psicológico, económico o patrimonial por su condición de mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, bien sea que se presente en el ámbito público o en el privado”.
Para entender esta problemática “es necesario comprender las diversas formas que adopta la violencia sexual”, asegura Lya Yaneth Fuentes, directora nacional del proyecto Fortalecimiento de la Equidad de Género en la Educación Superior, coordinadora de la línea de investigación Género y Cultura del Instituto de Estudios Sociales Contemporáneos de la Universidad Central y docente de la Institución.
La violencia sexual se da en un orden sociocultural que la legitima y se clasifica de acuerdo con la relación y el ejercicio de poder en el que se enmarca.
En una reciente exposición titulada: Violencias de género y acoso sexual: una aproximación conceptual, la profesora Fuentes define las múltiples formas de la violencia sexual, entre ellas: abuso sexual, acoso sexual y hostigamiento sexual. Términos que todos y todas debemos conocer para saber qué y cómo denunciar y protegernos.
Las definiciones están elaboradas a partir de textos de la Consejería Presidencial para la Política Social, la Ley general de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia de 2007 (México) y la Secretaría de la Mujer de la Unión del Personal Civil de la Nación (Argentina),
Abuso sexual
Implica el contacto físico de los genitales, el ano, el pecho y la boca con cualquier otra parte del cuerpo. Se hace para la satisfacción sexual del abusador.
Acoso sexual
Es una forma de violencia en la que, si bien no existe la subordinación, hay un ejercicio abusivo de poder que conlleva un estado de indefensión y de riesgo para la víctima, independientemente de que se realice en uno o varios eventos.
Formas de acoso
- Uso del poder en las relaciones laborales o educativas para hacer avances sexuales que la persona no ha solicitado ni desea.
- Situación de vulnerabilidad de la víctima frente al agresor por el desequilibrio jerárquico de autoridad que ejerce una parte sobre la otra, ya sea por su cargo o profesión.
- Diferencia de edad (profesor y estudiante).
- Reacción a un ambiente hostil o intimidante a través de comentarios y avances sexuales.
El acoso sexual se da entre quienes comparten una posición jerárquica similar, como compañeros de clase o de oficina.
Clasificación
- Acoso severo: presiones físicas y psíquicas para tener contacto sexual.
- Acoso fuerte: manosear, sujetar y acorralar.
- Acoso moderado: llamadas, cartas o invitaciones con intenciones sexuales.
- Acoso leve: chistes, conversaciones de contenido sexual, miradas, gestos lascivos y muecas.
Hostigamiento sexual
Es el ejercicio del poder en una relación de subordinación real de la víctima frente al agresor, en ámbitos laborales o escolares (jefe/empleada/o, maestro/a/estudiante). Se expresa en conductas verbales, físicas, o ambas, relacionadas con la sexualidad de connotación lasciva.
Este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, levantemos la mano, alcemos la voz y digamos ¡Yo también! Conmemoremos la lucha contra la injusticia y la discriminación y sumémonos a la denuncia contra el acoso sexual.