A propósito del Día del Abogado y la Abogada, que se celebra cada 22 de junio, reflexionamos sobre el panorama futuro del ejercicio profesional del derecho
Los roles del profesional del derecho, de acuerdo a la época, se diversifican y complejizan. Aunque se considere que el abogado debe contar con capacidades para ser una especie de ingeniero social, la sociedad en un primer momento considera que esta profesión se reduce a la de ser un operador jurídico, litigante o juez, dejando a un lado dichas capacidades ingenieriles que resultan esenciales para el avance de cualquier sociedad. Recuperar la naturaleza proactiva ligada al profesional del derecho, además de ser un desafío actual, es un rol que la sociedad del futuro le exigirá, debido a los veloces avances tecnológicos.
Por lo tanto, la tecnología avanza a la par de las relaciones sociales; vemos, por ejemplo, cómo actualmente las plataformas virtuales se encargan de generar lazos contractuales entre las personas, ofertar y satisfacer servicios; aplicaciones (apps) como Uber, Netflix, Facebook, Instagram, Rappi, Airbnb, entre otras, son muestra de ello. Esta realidad trae consigo “problemas de regulación y de protección de derechos. De otra parte, la tecnología conlleva amenazas terribles para la intimidad de las personas”.
Aplicación de la IA en la justicia
Por otro lado, está también la posibilidad que se transformen radicalmente algunos escenarios que tradicionalmente ha ocupado la abogacía, como ejercer el rol de juez, esto debido al desarrollo que se da con la inteligencia artificial (IA). De acuerdo con un estudio realizado por investigadores del University College London, la Universidad de Sheffield y la de Pennsylvania, se desarrolló un algoritmo “capaz de analizar los datos de casos de la Corte Europea de Derechos Humanos (CEDH)” y “se ha logrado predecir un 79 % las resoluciones alcanzadas en 584 asuntos”. Este avance tiene dos implicaciones iniciales: respuesta correcta y pronta de los casos. Sin embargo, la aplicación de la IA en administración de justicia solo será posible en la medida en que esté tecnológica, ética y estructuralmente adecuada.
En este sentido, el profesional del derecho estará inmerso en escenarios que al día de hoy no existen, pero hay expectativas para que surjan, y otros que actualmente están vigentes, pero se esperan avances significativos, como el caso de las plataformas virtuales. Al respecto, Ortego (2017) toma como referencia el texto de Richard Susskind llamado Tomorrow’s Lawyers. An Introduction to Your Future, para dar cuenta de algunas ocupaciones que tomarían los abogados. En su artículo, Ortego destaca las siguientes:
a. Tecnólogo legal (legal technologist)
b. Híbrido legal (legal hybrid)
c. Analista de procesos legales (legal process analyst)
d. Responsable de proyectos legales (legal project manager)
e. Científico de datos legales (legal data scientist)
f. Empleado de investigación y desarrollo (R&W worker)
g. Profesional de la resolución online de conflictos (ODR practitioner)
h. Consultor de gestión legal (legal management consultant)
i. Responsable de riesgos legales (legal risk manager)
j. Ingeniero de conocimiento legal (legal knowledge engineer)
Como se puede observar, el profesional del derecho, además de aportar en la regulación y protección de los derechos, debe asumir a su vez una postura proactiva de coordinación, planeación y análisis integral (que comprende el conocimiento legal más el de una ciencia exacta como las matemáticas, física, química, entre otras).
Por lo tanto, establecer que el rol del abogado será proactivo, pone en evidencia que prevalece en la profesión jurídica una función reactiva, como la regulatoria. Sobre el punto, analistas como Joan Roca reconocen que el derecho ha sido una profesión reactiva: “En las últimas dos décadas, a los nuevos abogados que se incorporaban se les exigían conocimientos técnicos. Desde hace algún tiempo, el perfil del abogado exige un triple conocimiento: técnico, de gestión y de mercado”.
Campos de acción para los abogados
En el contexto colombiano se han presentado avances para determinar cuáles son las demandas jurídicas, con la finalidad de establecer caracterización en la población y en los conflictos presentes, lo cual construye finalmente una información valiosa al momento de establecer políticas públicas y definir los roles de las instituciones y sociedad, espacios en los cuales el profesional del derecho cumple una función relevante.
Por lo tanto, se considera que el profesional del derecho, además de los espacios que ya ocupa en nuestra sociedad, está llamado a fortalecer su papel en los siguientes campos de acción:
- Defensor de los derechos, garantías y deberes constitucionales.
- Asesor en derecho de la empresa y del emprendimiento, especialmente en aspectos económicos, financieros, contables y tributarios.
- Asesor para la interpretación y aplicación de derechos foráneos, especialmente en materias de comercio internacional.
- Asesor para la protección del medio ambiente y bioética.
- Función conciliatoria dentro de los Mecanismos Alternativos para la Solución Pacífica de Conflictos (MASC).
- Asesor para el fortalecimiento del respeto a la diversidad étnica y cultural de la Nación.
Queremos concluir estas reflexiones acudiendo a dos importantes recomendaciones: Una publicación de la Unesco sintetiza las cualidades del abogado así: “La rectitud de conciencia es mil veces más importante que el tesoro de los conocimientos; primero es ser bueno, luego ser firme, después ser prudente, la ilustración viene en cuarto lugar, la pericia en el último”.
De Los 10 Mandamientos del Abogado, reconocido trabajo realizado por el gran jurista uruguayo Eduardo J. Couture, quiero resaltar estas tres recomendaciones claves:
“Lucha: Tu deber es luchar por el Derecho, pero el día que encuentres en conflicto el Derecho con la Justicia, lucha siempre por la Justicia.
Ten fe: Ten fe en el Derecho, como el mejor instrumento para la convivencia humana; en la Justicia, como destino normal del Derecho; en la Paz, como sustituto bondadoso de la Justicia; y sobre todo, ten fe en la Libertad, sin la cual no hay Derecho, ni Justicia ni Paz.
Tolera: Tolera la verdad ajena en la misma medida en que quieres que sea tolerada la tuya”.
La abogacía es una profesión que se basa en la verdad para el logro de la justicia, que constituye un derecho y a la vez una virtud que tiene por objeto garantizar la convivencia y restablecer la paz alterada por un conflicto.
Feliz día, colegas abogados, y no olvidemos: buen abogado no es aquel que gana todos los juicios, sino quien mantiene siempre presente su ética y profesionalismo en la práctica del derecho.