Así lo afirmó Andrea Echeverri durante el lanzamiento de la colección Estéticas, fragmentos de ética y estética de la FCSHA, en el marco de la novena edición de la Temporada del Arte.
En el marco de la Temporada del Arte 2018 y, con motivo del lanzamiento de la colección Estéticas, fragmentos de ética y estética, se realizó el concierto-foro “El arte de vivir y vivir desde el arte”, organizado por la Decanatura de la Facultad de Ciencias Sociales, Humanidades y Arte (FCSHA), y que contó con la participación especial de la cantautora colombiana Andrea Echeverri.
Entre aplausos, luces, instrumentos musicales y una colorida decoración, el Teatro de Bogotá dio la bienvenida a esta legendaria artista al aparecer en escena. La cantante dio inicio al evento leyendo algunos apartados de La resistencia, del primer número de la colección Estéticas, fragmentos de ética y estética, dedicado al autor argentino Ernesto Sábato.
Luego de compartir un par de párrafos que había escogido de diferentes páginas ─separados con papelitos─ en su propia edición de Estéticas, se dio a la tarea de deleitar con con su música y sus letras a más de 100 personas que llenaron la planta principal del Teatro.
Le cantó a los desplazados, a las mamás de Soacha, a las mujeres, al cuerpo, a la vida. Con sus inigualables letras, inconfundible estilo y su forma única de hacer música tocó fibras entre los asistentes.
Diálogo sobre arte, ética y estética
Luego de esta intervención, Nina Cabra, decana de la FCSHA, comenzó un diálogo con la artista, enfocado en su proceso creativo para la construcción de sus canciones y de su obra de cerámica, y de cómo el arte siempre ha estado presente en su vida. De esta manera, la decana dio contexto a la reflexión sobre el texto de Sábato, invitando a la cantante a compartir con los asistentes una lectura de sus apartados favoritos y a discutir sobre lo allí planteado.
Temáticas ambientales, feministas, antibélicas y ancestrales son abordadas en las canciones de la artista, por lo que Noticentral le preguntó si creía, entonces, que su ética se veía reflejada en la producción estética y artística de su obra.
A lo que respondió afirmativamente, expresando: “Al escribir mis canciones siempre dejo salir mis preocupaciones, mis críticas, mi necesidad de optimismo. Todo lo que hago va ligado a lo que soy y en mi arte trato de reflejar las situaciones que como mujer me afectan y afectan las cosas a mi alrededor, me manifiesto ante los problemas de violencia gravísimo que vive nuestro país. Pero también hago canciones de buena energía que salen de estar deprimido, sumercé, canciones terapéuticas”.
Y añadió: “por eso yo creo en la canción protesta y en todas las músicas que defiendan causas, que tengan un sentido conceptual profundo, las valoro y me parecen válidas y necesarias”.
Durante la entrevista también se refirió a la ética de los artistas y el compromiso social de la producción que ofrecen a sus seguidores.
“El arte es un arma poderosísima que se puede usar para cosas chéveres y para otras no tanto. La música, la estética, el ritmo, todo es absorbido por la gente, por eso es responsabilidad del artista saber qué ofrece, qué dice, y debe defender su ética y respetarla por encima de la plata o el éxito".
Vea aquí la entrevista completa.
Estéticas, fragmentos de ética y estética
El concierto-foro, una de las actividades de la programación de la Temporada del Arte 2018, fue organizado como evento de lanzamiento de una colección de fragmentos escritos que presenta, discuten y exploran, de manera magistral, los entramados de la coexistencia y llevan a la reflexión sobre la ética y la estética, disciplinas que motivan la reflexión en las ciencias sociales, las artes y las humanidades.
La colección, de carácter académico, circulará gratuita y ampliamente entre la comunidad unicentralista, que ofrecerá a los lectores la posibilidad de dialogar y construir conocimiento en y fuera del aula de clases.
“Esperamos que esta publicación sea la oportunidad para encontrarse o reencontrarse con esos autores que, de una u otra forma, pueden ser considerados como maestros: esos exploradores que nos muestran sus trayectos y puntos de fuga desde los cuales abrir nuevos caminos”, explica Yairsiño Oviedo Correa, coordinador académico de la FCSHA y editor de la Colección.
“El arte fue el puerto definitivo donde colmé mi ansia de nave sedienta y a la deriva. Lo hizo cuando la tristeza y el pesimismo habían ya roído de tal modo mi espíritu que, como un estigma, quedaron para siempre enhebrados a la trama de mi existencia. Pero debo reconocer que fue precisamente el desencuentro, la ambigüedad, esta melancolía frente a lo efímero y precario, el origen de la literatura en mi vida”. Ernesto Sábato
