Celebra los 212 años de nuestra Independencia con un recorrido por los recodos del centro de Bogotá en los que se fraguó la gesta libertaria.
El centro de Bogotá es sin duda alguna depositario de gran parte de la historia de nuestra Patria. Hoy, que celebramos los 212 años del Grito de Independencia, te invitamos a recorrer los escenarios en los que se gestó y escribió nuestra libertad como Nación.
Museo de la Independencia – Casa del Florero
En la carrera 7ª. n.º 11-25 se encuentra esta casa, construida entre finales del siglo XVI y principios del XVII con estilo árabe-andaluz (o mudéjar, común en las construcciones coloniales) para el mariscal y fundador Hernán Venegas Carrillo. Fue, desde el principio y por su ubicación, un punto estratégico en términos políticos y comerciales: marcaba el cruce entre la Calle Real (actual carrera 7ª.) y la Plaza Mayor (actual Plaza de Bolívar).
La casa fue propiedad de Francisco Moreno y Escandón, fiscal de la Real Audiencia, entre 1739 y 1792. Luego fue cedida a la hija de Sebastián Rodríguez Trujillo, que alquilaba el balcón para quienes quisieran presenciar los eventos en la plaza.
Era una tarde de viernes, día de mercado. Un grupo de criollos, encabezados por José Joaquín Camacho, solicitaron al virrey, Antonio José Amar y Borbón, que recibiera a una junta de gobierno que tenía la pretensión de instaurar un cabildo abierto, a sabiendas de que se iba a negar.
Todo estaba fríamente calculado; la junta propuesta esperaba la visita de otro criollo, nacido en Quito: el comisario real Antonio Villavicencio. Los conspiradores encontraron una excusa perfecta: pedir prestado un florero al señor Llorente para adornar la mesa en la que se recibiría al comisario. Eran plenamente conscientes de que el chapetón se indignaría y se negaría a cualquier petición que favoreciera a un ultramarino.
La trifulca se armó cuando don Francisco José de Caldas y Pantaleón Santamaría interpelaron a Llorente, quien respondió con improperios. Al instante los hermanos Francisco de Morales Fernández y Antonio Morales arengaron vituperios contra el peninsular; “¿cómo es posible que un chapetón execre así a un americano, sabiendo además que todo el poder ibérico está bajo el mando de la invasión napoleónica?”.
Entonces José Acevedo y Gómez, nacido en Charalá y que pasaría a la historia como El Tribuno del Pueblo, incitó a todos los criollos a que se pronunciaran en contra del virreinato: “¡afuera los chapetones, viva la libertad!”
El resto es historia. El 20 de julio de 1960, con ocasión del sesquicentenario de nuestra Independencia, se fundó el Museo del 20 de Julio. Esta casa es un destino ineludible en nuestro tour histórico por la Bogotá independentista.
Quinta de Bolívar
La Quinta de Bolívar es una casa museo con una historia centenaria que se remonta a 1670. Fue precisamente el capellán de Monserrate quien vendió esta propiedad a José Antonio Portocarrero, hombre ligado al negocio del tabaco en la época, que vivió en el lugar durante veinte años. La casa fue construida al estilo campestre y terminaría siendo un regalo del gobierno de la Nueva Granada al Libertador Simón Bolívar, quien vivió solamente 423 días en la propiedad.
La Quinta de Bolívar ha conservado la esencia, los espacios y la arquitectura que la caracterizaron en su momento. El Gobierno Nacional invirtió un gran esfuerzo y capital en la restauración de este espacio, que actualmente puedes añadir a este recorrido por la historia de Colombia, una que celebramos y enarbolamos en estos 212 años.
Observatorio Astronómico Nacional de Colombia
Es uno de los muchos legados de José Celestino Mutis. El Observatorio comenzó a construirse el 24 de mayo de 1802 y se concluyó el 20 de agosto de 1803. Ubicado originalmente en el Jardín de la Expedición Botánica (carrera 8a. con calle 8a.), es el primer observatorio astronómico de América.
Tras el fusilamiento de Caldas y la consolidación de la Independencia, el Observatorio acogió a científicos de diversas nacionalidades, fue sede del Colegio Militar desde 1848, luego abandonado, sirvió como espacio de venta de helados y el 26 de mayo de 1867 fue la prisión-fortaleza de Tomás Cipriano de Mosquera, derrocado por Manuel María de los Santos Acosta.
En 1891 Julio Garavito Armero fue nombrado como director del Observatorio, quien desarrollaría diversas investigaciones meteorológicas y astronómicas; tras su muerte, en 1920, el lugar fue nuevamente abandonado. Unos años después, con la Ley 65 de 1936, fue incorporado a la Universidad Nacional de Colombia y el 11 de agosto de 1975 fue declarado Monumento Nacional de Colombia.
Actualmente, esta histórica construcción se encuentra en los predios de la Casa de Nariño.
Plaza de los Mártires
Ubicada en la avenida Caracas, entre calles 10a. y 11, fue conocida como Huerta de Jaime desde 1688 hasta 1850, cuando fue renombrada como homenaje a los mártires de la patria allí ejecutados.
En tiempos de la independencia fue un sitio de escarnio público en donde la Reconquista del Pacificador menos pacífico de nuestra historia, Pablo Morillo, recompensó con plomo y con horca la osadía libertaria de José María Carbonell, Jorge Tadeo Lozano, Mercedes Ábrego, entre otros próceres de nuestra libertad e independencia.
En 1902, y en homenaje a la consagración de Colombia al Sagrado Corazón de Jesús con el fin de que la Guerra de los Mil Días cesara, se puso la primera piedra de la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús - El Voto Nacional, diseñada por Julián Lombana Herrera (autor de la primera sede del Banco de Colombia y de la fachada del actual Teatro Colón), que terminaría de construirse en 1918.
Al costado sur de la plaza se encuentra actualmente el Batallón de Reclutamiento del Ejército Nacional, en el edificio que originalmente fue la primera sede de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia.
Además de ser escenario de la ejecución de nuestros héroes independistas, la Plaza de los Mártires presenció la instauración, en sus calles adyacentes, del lugar conocido como “El Bronx”, una degradante ocupación del narcotráfico que fomentó el expendio de drogas, la criminalidad y la miseria humana a pocos metros de la Presidencia de la República. El 28 de mayo de 2016 el lugar fue intervenido y actualmente está en proceso de constituirse como paseo cultural.
Monumento a Policarpa Salavarrieta
Ubicada en la calle 18 con carrera 2, a pocos metros de la casa de La Pola en Las Aguas, es una obra emblemática de la escultura colombiana. Obra de Dionisio Cortés, fue inaugurada con ocasión del Centenario de la Independencia, en 1910, originalmente en cemento. Tendrían que pasar 57 años para que, con motivo del sesquicentenario de la muerte de Policarpa, se contrató al escultor peruano Gerardo Benítez para forjar la escultura en bronce.
El 14 de noviembre de 1817, después de ser sentenciada por el crimen de traición a la patria, y a la corta edad de 22 años, Policarpa (aún no sabemos si su nombre era Apolonia u otro, solo que su hermano Bibiano, también revolucionario, la llamaba “Polita”), fue ejecutada en la Plaza Mayor de Santafé, hoy Plaza de Bolívar.
En las dos placas de este monumento a una de las mujeres más importantes de la historia de Colombia, se lee:
Aunque mujer y joven
me sobra valor para sufrir la muerte
y mil muertes más.
Viva la libertad.
Antes de morir dijo:
Pueblo indolente
distinta sería vuestra suerte
si conocierais el precio de la libertad.