Dos estudiantes de la U. Central diseñaron un cojín que contribuye a mejorar la salud postural afectada por las actividades remotas durante la pandemia.
Andrés Barrios y Rafael Daza, estudiantes del programa de Ingeniería Electrónica de la Universidad Central, y Enrique Cepeda del programa de Ingeniería de Sistemas crearon un dispositivo desarrollado con la metodología de pensamiento de diseño (Design Thinking), que sirve para detectar y mejorar la mala postura de las personas.
Este proyecto nació pensado en problemas de la pandemia, cuando la mayoría de trabajos migraron a una modalidad virtual para continuar con la productividad de sus empresas. Sin embargo, los espacios destinados en casa para dicha actividad no eran óptimos, puesto que muchas personas utilizaban la silla del comedor, la cama, el sofá, entre otros, que no eran propicios para permanecer sentados durante largas jornadas laborales, dejando como consecuencia afectaciones en la espalda.
De acuerdo con Rafael, en la investigación encontraron que las personas pierden progresivamente la postura ideal desde que inician su jornada de trabajo. “El cuerpo no está acostumbrado a mantener la postura correcta durante mucho tiempo, comienza a generar cansancio y a pedir cambio de posición. A partir de eso, comenzamos a pensar cómo se puede medir el tiempo en el que está sentada una persona, revisar su postura e indicarle en qué momento debe corregirla”.
De acuerdo con la necesidad detectada, estos centralistas crearon un dispositivo que ayuda a las personas a mejorar su postura y, así mismo, su calidad de vida.
¿Cómo se desarrolló la idea del proyecto?
De acuerdo con Andrés, el proyecto surgió en el curso de profundización “Diseño de dispositivos biomédicos usando Pensamiento de Diseño”, desarrollado en la Facultad de Ingeniería y Ciencias Básicas de la Universidad Central, el cual fue dirigido por el profesor William Moscoso, quién nos impulsó a trabajar sobre problemáticas reales.. “Primero comenzamos a verificar qué es lo que necesitaban las personas a partir de esa metodología. El proceso lo desarrollamos por fases, hicimos entrevistas a personas que trabajan de forma remota y localmente en diferentes empresas, así como a estudiantes de colegio, y luego lanzamos ideas de solución, construimos el prototipo y lo validamos con usuarios”.
¿Cómo funciona el cojín?
Es importante partir de la premisa de que debemos ser conscientes de la importancia de la postura para nuestra columna y las afectaciones a la salud física a mediano y largo plazo en caso de no prestarle atención. De acuerdo con Rafael, el artefacto con forma de cojín que crearon permite monitorear, a través de sensores, la posición de las personas, contemplando su contextura física, mediciones de tiempo y movimiento, los cuales arrojan patrones que determinan la forma adecuada en la que deberían estar sentadas. Si el dispositivo, detecta una mala postura, envía una alerta al celular, a través de una aplicación, para que el usuario pueda acomodarse de la manera correcta para la columna.
El producto va acompañado de un manual de usuario que indica cómo se debe descargar e instalar la aplicación móvil y, así mismo, cómo debe ser la configuración para el celular.
Pasos básicos para usar el dispositivo
- Instalar el artefacto en la silla de trabajo.
- Sentarse y recostarse para activar los botones que permiten el escaneo de la espalda.
- El dispositivo inmediatamente comienza a realizar un monitoreo de la postura actual.
- Si la posición tomada no es la adecuada, llegará una alerta al celular destinado para dicho fin.
- Corregir la postura de acuerdo con las indicaciones notificadas en la alerta.
Proceso de elaboración
Los estudiantes explicaron que hicieron un prototipo en molde de yeso, que luego se adecuó a una espalda estándar, que cumplía con los requerimientos de la mayoría de las personas. Por ello, este no aplica para niños menores de 14 años, ya que el tamaño seleccionado no se corresponde, en general, con las dimensiones de sus espaldas.
El dispositivo cuenta con 56 sensores distribuidos a lo largo y ancho del dorso, que permiten monitorear las zonas que deben estar contra el espaldar de la silla. Si no se activan todos en el momento de estar sentados, significa que la postura no es la indicada.
Ensayos prácticos
Se hicieron pruebas con diferentes personas que, al momento de ver el dispositivo para corregir la postura, pensaron que podría ser incómodo por tener botones (sensores) ubicados en la espalda para monitorear. Sin embargo, al momento de usarlo dieron una respuesta positiva, teniendo en cuenta que los centralistas se tomaron el trabajo de hacer el diseño con un cojín cómodo, común y corriente, de acrílico, que permite que los botones pulsadores no se sientan con facilidad.
