Estudiantes de Ingeniería Electrónica y de Sistemas de la Universidad Central crearon un aparato que detecta las posiciones corporales incorrectas.
Las bicicletas se han convertido en medio de transporte, de recreación y de actividad física. Sin embargo, aquellos que la usan en su día a día pueden caer en acciones repetitivas que conllevan a malas posturas, lo que puede terminar con lesiones o dolencias.
Por ello, estudiantes de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Básicas de la Universidad Central crearon, en el curso de profundización “Diseño de dispositivos biomédicos usando pensamiento de diseño (Design Thinking)”, un dispositivo electrónico al que llamaron Bikion, que detecta las posturas corporales incorrectas en los ciclistas y vibra hasta que las corrijan.
Alejandra Villamil, estudiante del programa de Ingeniería Electrónica, y Sebastián Cárdenas, del programa de Ingeniería de Sistemas, diseñaron un prototipo que cuenta con tres sensores denominados acelerómetros-giroscopios, con los cuales se obtiene el ángulo de las posturas que adopta un ciclista en un recorrido cotidiano. Cuando el usuario se encuentra en una posición corporal incorrecta, se activan unos motovibradores ubicados en la espalda. Para detener la vibración, es necesario que recupere la postura ideal.
¿Cómo es el dispositivo?
Bikion está conformado por dos correas ajustables, un morral en forma de hexágono, un cinturón ajustable y dos tiras de tela que sobresalen del hexágono hacia la nuca y hacia la zona inferior de la espalda. Se utiliza de manera similar a una mochila.
Este dispositivo va integrado a una aplicación que recibe los datos por medio de bluetooth.
Para ello, el ciclista debe abrir una aplicación en su teléfono celular, que se empareja con el dispositivo bluetooth Bikion. Una vez realizada la conexión, el mecanismo comienza a recibir datos.
Especificaron, en cuanto a los componentes, que además de los sensores, cuenta con un controlador, un multiplexor y un puente H para los motores. “El controlador es una tarjeta ESP32, que tiene comunicación bluetooth para poder enviar los datos a la aplicación”.
Asimismo, la interfaz de la app cuenta con un mapa para que el ciclista vea en qué parte de la ciudad se ubica.
Construcción de Bikion
Los estudiantes centralistas comentaron que la construcción comenzó a partir de una metodología “que trabajamos con el profesor William Moscoso, que se llama Pensamiento de Diseño. Ahí se manejan cinco etapas, que son empatizar, definir, idear, prototipar y testear”.
Como parte de este proceso, consultaron con ciclistas a través de formularios, de observación y otros métodos, para determinar qué consideraban relevante. “Uno de los aspectos que más destacaron es que fuera seguro y cómodo, que no estorbara en la ejecución de la actividad. Toda esa retroalimentación nos permitió desarrollar el dispositivo. Y la metodología siempre va en torno al cliente”, precisaron.
“Desarrollamos el proyecto a partir de un experto que nos indicó cuáles son las posturas correctas que se pueden tener durante la ejecución de la actividad, en este caso para la modalidad de ruta; a partir de ahí tomamos posiciones con los sensores. Con esas comparaciones, determinamos cuándo se está en una postura incorrecta y activamos unos motovibradores para avisarle a la persona que tiene una mala postura y que la corrija”, detallaron los estudiantes. Luego hicieron pruebas con varios usuarios.
Un dispositivo que aporta a la salud física de los ciclistas
La expectativa de los futuros ingenieros es crear una solución que sea amable y utilizable para el ciclista. También agregarle más modalidades: “Actualmente sólo tenemos una modalidad, que es ciclismo de ruta. La idea es agregarle otras, como ciclismo de velocidad, ciclismo urbano, y no implica una gran dificultad porque sería simplemente tomar las posiciones adecuadas de la persona y registrarlas en el controlador y que ya se hagan las comparaciones necesarias, mientras en la aplicación se hace la selección de las disciplinas”.
Estudiantes centralistas: de la teoría a la práctica
Javier Barajas, director del programa de Ingeniería Electrónica, destacó la relevancia de las soluciones presentadas por los estudiantes a partir de una problemática real del entorno y desde el punto de vista interdisciplinar, “porque en esta ocasión tuvimos la oportunidad de integrar a estudiantes de Ingeniería de Sistemas y de Ingeniería Electrónica, utilizando las tendencias actuales de la tecnología, tanto en hardware como en software. Por eso aquí estamos viendo soluciones con proyectos que ayudan a mejorar la calidad de vida”.
Destacó que este tipo de actividades académicas evidencia que los estudiantes han apropiado conocimientos y logran llevar a la práctica su carrera.
“Como opción de grado, que es este curso de profundización, ellos tienen que traer al ruedo varios de los conocimientos que adquirieron en cada uno de los cursos, de las asignaturas, e integrarlos para diseñar la solución y evaluar que sea efectiva. Este espacio semestral nos permite evaluar a los estudiantes en la formación que les hemos dado y que ellos mismos identifiquen y reconozcan de lo que son capaces”.