Hablar una segunda lengua, más allá de un requisito académico, es una herramienta que abre las puertas a un mundo lleno de oportunidades laborales y culturales.
El dominio de un segundo idioma es una necesidad en un mundo cada vez más globalizado y un mercado laboral cada vez más competitivo. Así lo afirma Stella Rodríguez, docente y coordinadora académica del Departamento de Lenguas de la Universidad Central, para quien el manejo de una segunda lengua puede hacer la diferencia entre obtener o no una vacante. “Hablar otro idioma es una imposición del mundo en el que vivimos. Cuando hay una o dos vacantes en una empresa, y se presentan muy buenos profesionales, ¿cuál es la regla con la que miden los empresarios para contratar a la gente? El manejo de otro idioma”, afirma.
Las ventajas de hablar más de un idioma no terminan ahí. Según un estudio de The Journal of Neuroscience, las personas bilingües tienen mejor flexibilidad cognitiva, es decir, tienen más facilidad para adaptarse a circunstancias inesperadas que aquellas que no lo son. Además, el dominio de una segunda lengua ayuda a mejorar la atención y las habilidades comunicativas, a ejercitar la memoria, desarrollar la capacidad de realizar varias tareas al mismo tiempo e incluso facilita el proceso de aprendizaje de una tercera lengua.
“Aprender un idioma diferente a la lengua materna significa poner en funcionamiento una parte del cerebro que casi no usamos. Cuando abrimos esa puerta, después de que se ha aprendido inglés, se puede aprender francés o alemán con una facilidad increíble”, asegura la docente.
Supere el miedo a “hacer el oso”
Según Rodríguez, muchos estudiantes se sienten cómodos leyendo y escribiendo en otro idioma, pero tienen problemas para desarrollar la habilidad de expresión oral o speaking. “Hablar en público inhibe a muchas personas, las pone nerviosas, y si a eso le sumamos que le tienen que poner atención a la pronunciación, al vocabulario y a la fluidez para hablar en otro idioma, pues la gente se inhibe mucho más”.
“Los estudiantes se han autoimpuesto la idea de que el inglés no se puede aprender, que es difícil, que ellos son malos para eso, que no pueden hacerlo, y ya con eso están haciendo un bloqueo mental de entrada. Entonces, lo primero es levantar ese bloqueo”, afirma.
“Para aprender cualquier idioma hay que partir del error, y no solo un idioma sino cualquier materia. A uno se le queda aquello en lo que se equivoca. Un idioma se aprende a punta de equivocaciones”.
Si es de aquellos que se sienten cómodos escribiendo o leyendo en otra lengua, pero tienen dificultades a la hora de hablar con otros, el primer paso es practicar sus habilidades de expresión oral. “Lo primero es entender a mi interlocutor. Es difícil, pero en este momento la tecnología ofrece miles de oportunidades, de páginas, de herramientas para realizar ejercicios de escucha desde los niveles más básicos hasta los más altos”, señala la docente, quien además recalca la importancia de la disciplina para evitar que el aprendizaje de otro idioma se quede únicamente en un propósito de año nuevo. “Las personas estudian un mes y luego posponen y posponen las cosas y así es que las van dejando, y para ellos es un inconveniente porque nunca lo ven como una herramienta que les va a facilitar su trabajo y que además puede representar una recompensa monetaria”.
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Consejos para vencer el miedo
- Póngase objetivos realistas y alcanzables. Cuando no se cumplen los objetivos se produce una sensación de frustración que puede dificultar el proceso de aprendizaje.
- Empiece por aprender expresiones sencillas y de uso diario.
- Participe en espacios que lo obliguen a practicar sus habilidades orales, como por ejemplo las actividades organizadas por el Departamento de Lenguas. Esto le ayudará a aumentar su tolerancia a cometer errores y le permitirá aprender más rápido.
- No tema hablar con un acento marcado. Su objetivo principal no es sonar como un hablante nativo, sino hacerse entender.
- No se concentre en pensar en otro idioma. Es válido usar la lengua materna para entender algunas estructuras o palabras. Con el tiempo y la práctica, su dependencia del español irá disminuyendo.
No lo deje para último momento
El dominio de un segundo idioma, además de abrir la puerta a otras culturas y aumentar las posibilidades de conseguir empleo, es un requisito indispensable para obtener un título de pregrado. Esto no quiere decir que deba esperar hasta los últimos semestres para demostrar un nivel B1 en alguna lengua extranjera (inglés, francés, alemán, italiano, japonés, portugués, ruso, etc.), sino que, por el contrario, mientras más temprano inicie su proceso de aprendizaje, más tiempo tendrá para practicar y mejorar sus habilidades de comprensión y expresión oral y escrita.
Carolina Gómez, docente del Departamento de Lenguas de la UC, indica que la clave es entender la importancia del manejo de un segundo idioma, más allá del requisito de grado. “Si la meta es, simplemente, cumplir con un requisito para podernos graduar, probablemente el proceso de aprendizaje se convertirá más bien en uno de memorización de contenidos a mediano plazo. Si, por el contrario, nuestro objetivo es hacer uso de ese nuevo idioma para convertirnos en personas más competitivas, visionarias y con una verdadera formación integral, el proceso de aprendizaje desde su primer nivel será una experiencia enriquecedora”, señala.
"Es importante considerar que en el proceso de internalización de conocimiento nadie puede interferir y el compromiso directo que ponemos como estudiantes es lo que define nuestro propio éxito o fracaso".
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