La obra mereció el premio por la madurez de su voz narrativa, su técnica intimista y el testimonio de época que resume el país de las últimas décadas.
Tras su deliberación, el jurado del Concurso Nacional de Crónica y Testimonio del Departamento de Creación Literaria de la Universidad Central, eligió como ganadora, entre 59 obras participantes, a Crónica del retorno del escritor colombiano Carlos Martínez.
“Este premio representa para mí la distinción más importante recibida en estos diez años de intensa escritura; y si bien Crónica del retorno ha sido considerada la obra ganadora, sé que entre los casi 60 trabajos participantes existen muchos loables, inclusive merecedores de esta misma distinción; por eso me gustaría conocer a sus autores”, manifestó Martínez.
Para el autor, la Universidad Central representa una especie de alma mater adoptiva, “fui miembro del Taller de Escritores por allá en los años 85 y 86, y desde entonces, tengo una deuda de gratitud con el maestro Isaías Peña Gutiérrez, a quien de todo corazón dedico este reconocimiento”.
La ceremonia de premiación se realizará durante la Feria Internacional del Libro 2017 y el texto ganador será publicado por la UC.
De acuerdo con Sergio González, coordinador académico del Departamento de Creación Literaria, tras el Premio Nobel de literatura otorgado en 2015 a la escritora bielorrusa Svetlana Alexievich, la crónica y el testimonio alcanzaron su consagración como dos géneros periodísticos que, al tiempo de mostrar la realidad en sus diversas manifestaciones, pueden alcanzar altos niveles de calidad literaria.
“Desde esta perspectiva, como organizadores de los Premios de Literatura tomamos la decisión de consagrar la edición 2016 a los géneros de la crónica y el testimonio”, explica González.
El jurado del Concurso estuvo integrado por Enrique Patiño y Nelson Fredy Padilla, escritores, cronistas y periodistas de amplia trayectoria en diversos medios de comunicación colombianos; quienes decidieron entregar una mención especial al libro Un río de mil brazos de Edith Sánchez, por proponer una mirada al desconocido fenómeno de la esquizofrenia a través de una voz urbana, apoyada en una excelente investigación periodística.
Según el acta de premiación, otras cuatro obras fueron consideradas como meritorias e hicieron parte de la deliberación final: Sobre rastrojos de difuntos de Rodolfo Celis; El amor es bailar de Carlos Martínez Romero; Otras guerras de Tatiana Riascos Quiroz; y Crónicas y voces del colectivo Telares de vida, conformado por Ángela Patricia Ruiz López, Juliana Ospitia Rozo, Gloria Marcela Porras Urrego, Tatiana Andrea Sarmiento Grillo, María Alejandra Echeverry Carvajal, Angélica Patricia Pineda Silva.
El Concurso Nacional de Crónica y Testimonio de la Universidad Central es la edición más reciente de los Premios de Literatura Universidad Central, un programa que busca estimular la creación literaria, en sus diversos géneros y subgéneros, entre los escritores colombianos.
Reseña de la crónica
El escritor Carlos Martínez quien ha sido finalista en siete concursos de cuento nacionales, dos veces primer y único finalista del Concurso de Novela Corta, y ahora, Premio Nacional de Crónica y Literatura de Testimonio, compartió con Noticentral una reseña sobre su obra ganadora.
Crónica del retorno es una incursión en el pasado, pero se trata en realidad de una crónica conjetural, en la que su autor, en una especie de semisueño, entra a un pueblo, exactamente medio siglo antes del presente, y comienza la narración. Es una historia de vida, una memoria, de planos y facetas especialmente seleccionados para brindar la ilusión de coherencia.
Los años privilegiados del recuerdo son los finales de los 60 del siglo XX; época en la que el autor se convierte en militante de una secta política de izquierda conocida como el Partido Comunista Marxista-Leninista, pensamiento Mao-Tse-Tung.
A lo largo de la primera parte se cuenta la vida del narrador en primera persona, no omnisciente; se entregan atisbos y reflexiones y se esboza una especie de ajuste de cuentas con ese pasado primordial que permanece en lo más íntimo del cronista cuarenta años después.
La segunda parte narra la reunión de nuevos aspirantes a miembros del partido de izquierda; en ese relato se pone de manifiesto el ambiente conspirativo de la época. Además, cuenta con lampazos, a manera de epílogos provisionales, en los cuales se reflexiona casi siempre desde el dolor y la rabia.
Finalmente, en la tercera parte, el protagonista habla desde la ciudad de Bogotá; el relato comienza a inicios de los 80 del siglo XX y se detiene abruptamente un poco después del holocausto del Palacio de Justicia.