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Cuando el corazón nos habla

Hoy, 29 de septiembre, en el marco del Día Mundial del Corazón, Luis Enrique Ardila, médico de la Dirección de Bienestar Estudiantil, nos comparte una reflexión en torno al cuidado del corazón.

Cuando el corazón nos habla

 

A través de los tiempos, los sabios han reconocido al corazón como un órgano no solo de latidos, sino también como un receptor y emisor de emociones, intuiciones y energías sutiles.

Es el centro de nuestro cuerpo, es nuestro centro; según la medicina de oriente es el centro de la sinceridad, de la verdad, de la alegría, la morada del “shen” o de nuestra deidad.

El corazón es un templo interior donde la intuición y la sabiduría encuentran su morada. Es el vínculo entre nuestra esencia espiritual y nuestra experiencia terrenal. Es allí donde las emociones, pensamientos y sentimientos convergen, creando un lenguaje silente que trasciende las palabras. La esencia del corazón es el amor incondicional, pero este amor no es una mera emoción, sino una fuerza universal que conecta a todos los seres.

El corazón no habla en palabras, sino en sensaciones, emociones, energías, aceleraciones, desaceleraciones, arritmias, dolores y enfermedades. ¿O acaso una obstrucción coronaria (infarto) no es también una emoción atrapada, una ira reprimida, un miedo intenso, o una pena no superada, un dolor emocional profundo? ¿O una hipertensión acaso no sería una desarmonización, un desequilibrio en la comunicación entre mente y corazón? ¿O la única salida que encontré fue endurecerme, endurecer mis arterias y mi corazón para soportar ese estrés crónico que no pude gestionar y esas emociones negativas de las cuales nunca pude desprenderme?

Ante lo que no quiero ver, lo que no quiero escuchar, lo que no quiero sentir, bloqueo la emoción dejando de latir y así anulo mi conciencia, pierdo el conocimiento, pierdo el contacto con esa realidad.

Y es en los momentos de quietud y reflexión, donde podemos sintonizar con esta comunicación sutil. Esta es la voz que nos guía, nos advierte y nos lleva hacia la autenticidad y la verdad interior.

La sanación del corazón no solo impacta nuestra salud emocional, sino que también puede influir en nuestra salud física y en nuestras relaciones con los demás. En última instancia, el camino de la sanación nos conduce hacia un corazón abierto y lleno de amor, que se convierte en un faro de luz y transformación para nosotros y para el mundo.

 

Luis Enrique Ardila
Dirección de Bienestar Estudiantil
Bogotá, D. C., 29 de septiembre de 2023
Imágenes: Freepik
Última actualización: 2023-09-29 19:41