El trabajo de grado de Danny Ibarra logra este reconocimiento por su aporte a la gestión de residuos urbanos desde la perspectiva de la economía circular.
La problemática del manejo de los desechos sólidos producidos en las ciudades requiere soluciones sostenibles. Como lo indicó el Banco Mundial en 2020, anualmente se generan 20.000 toneladas de este tipo de desperdicios en todo el planeta, cantidad a la que deben sumarse los residuos industriales y los escombros producto del sector de la construcción, todo lo cual dirige a una situación en verdad preocupante.
Por lo general, una mínima parte de estos residuos se recicla, mientras que la mayoría va a parar a los vertederos. Pero ¿son los botaderos espacios ilimitados y libres de riesgos? No. Al respecto, vale la pena mencionar la situación ocurrida el 28 de septiembre de 1997 en el relleno sanitario Doña Juana, ubicado a las afueras de Bogotá. Ese día, un derrumbe en el segundo sector del basurero provocó un daño ambiental severo, pues 1,2 millones de toneladas de basura cayeron al río Tunjuelo y originaron la emisión de gases tóxicos que afectaron a las localidades del sur de la ciudad.
Situaciones como esta no deben repetirse. Lamentablemente, como señala el Banco Mundial, el crecimiento demográfico y el nocivo modelo de economía lineal que rige en la actualidad conllevan un aumento desmesurado de basuras y del tamaño de los vertederos, lo cual implica un riesgo latente de eventos como el ocurrido en Doña Juana hace 25 años.
Para evitar ese tipo de situaciones, urge un adecuado manejo de los desechos en todos los niveles, tema del que se encarga la economía circular, que le apuesta a la reducción del tamaño de los vertederos por medio de la correcta gestión y reutilización de residuos, de modo que puedan ser materia prima en nuevos procesos de producción. Esta economía es contraria a la lineal, que contempla la extracción de materias primas para la fabricación de productos que luego de usados son desechados sin considerar las consecuencias ambientales.
Interesado en este tema, Danny Ibarra, estudiante del programa de Ingeniería Ambiental de la Universidad Central, desarrolló el trabajo de investigación titulado “Modelamiento de estrategias de economía circular para la gestión de residuos urbanos”, que se convirtió en su proyecto de grado y recibió mención laureada.
Danny aprovechó sus habilidades investigativas y los conocimientos adquiridos en la carrera para llevar a cabo su trabajo. Al respecto, su paso por el semillero Econciencia —bajo la dirección de la profesora Sandra Bautista— fue determinante, pues este espacio académico motiva la conceptualización de modelos matemáticos y físicos, así como el empleo de herramientas, técnicas y tecnologías que sean útiles para analizar diferentes procesos productivos desde una perspectiva ambiental; impulsa la sostenibilidad y la responsabilidad tanto en el consumo como en los procesos de producción; promueve el uso eficiente de los recursos naturales y la economía circular; crea estrategias de sensibilización ambiental en hábitos sostenibles. En general, este semillero fomenta la innovación y la gestión del conocimiento.
La investigación desarrollada por Danny Ibarra es teórico-práctica: propone “un modelo de un sistema de gestión de residuos urbanos al que se le integran decisiones que muestran estrategias basadas en el cierre de ciclos del concepto de economía circular, con las cuales se buscó calcular el potencial de aprovechamiento de residuos orgánicos, plásticos y vidrios”, como él lo indica. El modelo matemático propuesto, basado en el modelamiento sistémico, fue aplicado en la ciudad de Cartagena.
En palabras de la profesora Bautista, esta tesis merece ser laureada por las siguientes razones:
“El trabajo de investigación desarrollado fue más allá de un modelamiento matemático clásico, en el cual se recopilan datos originales, se originan una serie de análisis y se presentan unos posibles escenarios.
Por una parte, el modelo genera una articulación entre (i) el modelamiento matemático basado en dinámica de sistemas, (ii) la simulación y el análisis de escenarios y (iii) la economía circular para la gestión de residuos. Por otra parte, gestó una herramienta innovadora, ágil, práctica y apropiada al contexto sociocultural, basada en información científica y aplicable en la gestión gubernamental para la sostenibilidad de las ciudades.
El modelo matemático construido puede replicarse en diferentes ciudades y puede programarse en diferentes software de simulación. Finalmente, resalto que se produjo una nueva forma de estimar la vida útil de los rellenos sanitarios y su comportamiento bajo diferentes escenarios de gestión”.
Conversamos con Danny sobre su trabajo y esto nos dijo:
Noticentral (N): ¿De dónde surgió la idea de esta tesis?
Danny Ibarra (DI): La idea nació en el curso de Modelado Ambiental, dirigido por la profesora Sandra Bautista, también en los espacios académicos de investigación que tiene la Facultad, como el semillero Econciencia. Allí se identificó la necesidad de comprender sistémicamente diferentes variables técnicas y ambientales que están relacionadas de manera directa con la gestión de residuos y con la posible implementación de programas de economía circular para aumentar el aprovechamiento de residuos urbanos.
N: ¿Cuánto tiempo tardó la investigación y cómo se desarrolló?
DI: La investigación se desarrolló aproximadamente en doce meses. Se inició desde la conceptualización causal del sistema estudiado. Posteriormente, se pasó a la investigación, que se fundamentó en desarrollar el modelo, que fue construido con la metodología de la dinámica de sistemas, la cual permite obtener modelos matemáticos para el estudio y la observación de tendencias y escenarios futuros de sistemas complejos.
En el tiempo de la investigación se realizaron conferencias académicas en congresos nacionales e internacionales, como RedColsi, el Congreso Latinoamericano de Dinámica de Sistemas y el Seminario Ambiental Universidad Central; también se escribió un artículo para una revista Q1.
N: ¿Cuál es la aplicación de este proyecto?
DI: La investigación desarrollada puede replicarse en cualquier ciudad con una caracterización de residuos bien definida y mercado de aprovechamiento existente o en desarrollo. El modelo se puede adaptar en condiciones iniciales, también es posible realizar un ajuste en parámetros y se puede reproducir en cualquier contexto el modelo matemático obtenido, incluso en cualquier software o lenguaje de programación, como MatLab, Python, Stella, Vensim, entre otros.
N: ¿Qué le aportó el semillero Ecociencia al desarrollo de su trabajo?
DI: El acompañamiento permanente de la profesora Sandra Bautista y de los demás integrantes me aportó para la discusión, socialización y conceptualización de herramientas de modelado y para la validación del modelo.
N: ¿Cuál es la contribución de su investigación al semillero y a la ingeniería ambiental en general?
DI: Este trabajo tiene una conceptualización bastante transversal, puesto que con la metodología de modelamiento sistémico se pueden abordar problemas sociales, ambientales, industriales, entre otros. De esta forma, no solamente se contribuye al semillero y al programa de Ingeniería Ambiental de la Universidad, sino también a la posibilidad de desarrollar trabajos en modelamiento socioecológico, de producción limpia, de ciudades sostenibles, etc.
Esto permitiría hacer trabajos de investigación transversales entre diferentes programas, como Biología, Ingeniería Industrial, Ingeniería de Sistemas, Administración y Trabajo Social, ya que se contemplan elementos de modelamiento matemático, de gestión, de programación en software especializado y plataforma web, así como también elementos de toma de decisiones para el manejo de problemas de interés nacional, como lo fueron en este caso la administración de residuos sólidos y la economía circular.
Cabe resaltar que la aplicación de estos modelos se viene realizando por diferentes entidades nacionales e internacionales para la evaluación de sostenibilidad.
Sin duda, este es un trabajo que merece el reconocimiento recibido.
Felicitamos a Danny Ibarra por su logro, también al programa de Ingeniería Ambiental y al semillero de investigación Econciencia por su labor, aporte e impulso a este tipo de proyectos.