Esta actualización pretende orientar las políticas para reducir los niveles de contaminación del aire y disminuir la carga en el sector de salud pública.
En conmemoración del Día Internacional del Aire Limpio que se celebra el cada 7 de septiembre, la Organización Mundial de la Salud (OMS) se alista para el lanzamiento de la más reciente actualización de los estándares de calidad del aire, este miércoles 22 de septiembre.
La contaminación del aire es una de las mayores amenazas ambientales para la salud humana, en conjunción con el cambio climático. De acuerdo con las estimaciones de la OMS, cada año perdemos prematuramente 7 millones de vidas como consecuencia de los efectos nocivos de estos contaminantes. En el caso de Colombia, un informe del Departamento Nacional de Planeación en 2018 estimó el número de muertes relacionadas con la baja calidad del aire en 8.052 casos, cuyos costos económicos asociados estarían entre un 2 % y un 8 % del producto interno bruto nacional.
Las guías de calidad del aire de la OMS fueron publicadas por primera vez en 1987 y actualizadas en 1997 y 2006, de acuerdo con la mejor información científica de su momento. Estos documentos ofrecen orientación en límites de concentración de contaminantes, de manera que se pueda esperar reducciones significativas del riesgo de efectos agudos y crónicos de la contaminación del aire en la salud humana. En las guías también se encuentran referencias para definir objetivos intermedios como pasos de una reducción progresiva de la contaminación y su utilización está prevista en zonas donde esta problemática es mayor.
Bajo las metas del actual Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022 se busca pasar del 22 % al 35 % de estaciones de monitoreo que cumplan con el objetivo intermedio 3 de la OMS para PM10.
Sin embargo, aún con esta nueva actualización de las guías, seguimos estando lejos de alcanzar los niveles recomendados de calidad del aire y cumplir los estándares que aseguren la salud respiratoria y cardiovascular a la que todo ser humano tiene derecho, como lo enuncia la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Es imperativo que, a la luz de los costos en vidas, calidad de vida y económicos que se tienen por la contaminación en Colombia, se le dé a esta problemática el lugar que merece en la agenda nacional.