Nuestro programa de Economía te presenta algunas reflexiones sobre las implicaciones del incremento en el salario mínimo y su efecto real en la población.
Tras las diversas polémicas que ha suscitado el incremento del 10,07 % en el salario mínimo, Fenadeco convocó a algunos expertos para analizar este tema sin dejar de lado la realidad económica de nuestro país. José Manuel Sánchez Martínez, director de nuestro programa de Economía, agradeció a la comunidad estudiantil su interés en temáticas que tienen un gran impacto en toda la sociedad.
“Los temas macroeconómicos deben mover y despertar a la comunidad. Resaltamos este espacio generado por los estudiantes en el que seguramente saldrán temas para analizar en el futuro. En nombre de la Universidad Central les manifiesto que las puertas de esta institución siempre estarán abiertas para generar conversaciones de interés nacional”, comentó Sánchez Martínez antes de dar paso a los panelistas invitados.
Anwar Rodríguez, vicepresidente de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF), hizo una radiografía de la situación económica del país, en la que dejó claro que el incremento del salario mínimo pierde validez cuando el 51 % de los trabajadores colombianos no tienen garantías para acceder a un trabajo digno.
“En nuestro mercado laboral tenemos un alto grado de informalidad. Debemos saber que estos trabajadores no tienen acceso a pensión o salud, lo que genera una gran brecha en nuestra sociedad. También debemos reflexionar sobre el salario mínimo y entenderlo como un precio de referencia. Es preocupante que cerca del 90 % de los trabajadores independientes manifiesten no tener afiliación a una pensión, ya que los asalariados sí tienen y los empleados informales no pueden”, señaló Rodríguez dando un contexto general de la actualidad laboral colombiana.
Además, el vicepresidente de ANIF añadió que, en efecto, el incremento del salario mínimo sí mejora la capacidad adquisitiva de todos aquellos que tienen un trabajo formal. Mientras que se desconoce a la otra mitad de la población que gana mucho menos de un millón de pesos.
Para Javier Enrique Delgado, consultor en temas económicos, la realidad es que Colombia está en la informalidad. “Primero debemos entender la estructura del mercado laboral colombiano, la informalidad en el país no es algo nuevo ni algo que vaya a cambiar. La cultura del rebusque hoy por hoy tiene otras dinámicas y niveles de capacitación”.
Apuntando a los altos niveles de informalidad, Delgado manifestó que siempre se discute sobre el salario mínimo, cuando en realidad la verdadera discusión debe plantear una ruptura de la brecha económica existente en nuestro país, haciendo un gran énfasis en que la equidad de género debe ser una constante en el mercado laboral.
La pandemia, un golpe mortal para los hogares más pobres del país
Durante la conferencia, llevada a cabo en el Auditorio Francisco José de Caldas de la Universidad Central, Anwar Rodríguez hizo un llamado a los futuros economistas y mencionó la importancia de ser certero en cualquier tipo de análisis económico, teniendo en cuenta que es un tema que no debe permitir especulaciones que impacten negativamente a la población colombiana.
“En el primer año de la pandemia los hogares dejaron de percibir cerca de 35 billones de pesos. Un golpe fuerte para todos a pesar de estar en una etapa de reactivación económica. Hoy puedo decir que el empleo en Colombia está rezagado. Tenemos un millón quinientos mil puestos de trabajo menos y muchas barreras para la generación de empleo formal”, puntualizó Anwar Rodríguez.
Por otra parte, el académico y economista Javier Enrique Delgado manifestó que nuestra cultura tiene una propensión marginal al consumo y a aparentar determinado estilo de vida. Así mismo señaló que hay muchas variables que determinan el incremento en el precio de los alimentos sufrido en el último año.
“Hay mucha especulación en las centrales de alimentos y se genera un aprovechamiento de las circunstancias. Esto no debe ocurrir”, agregó Delgado concluyendo que es necesario transformar nuestros hábitos de consumo.
Rodríguez reflexionó sobre la importancia de consultar fuentes económicas serias y confiables para evitar la desinformación. “Las redes sociales son de cuidado. Debemos usarlas como consumidores críticos. También quiero decir que no toda la inflación es importada y el exceso de demanda implica un alza en los precios. Es importante entender y analizar la inflación desde unas dinámicas locales e internacionales que se traducen en el bienestar de los hogares más pobres”.