Trabajo con la comunidad, liderazgo y compromiso con el entorno son algunos de los aprendizajes de Juan Sebastián Gutiérrez en su paso por Corpoboyacá.
Juan Sebastián Gutiérrez Torres, estudiante de noveno semestre de Biología, realizó su pasantía en Corpoboyacá, a la que se vinculó por medio de una convocatoria de dicha corporación en redes sociales. Juan Sebastián se postuló a la oficina de Socha y, luego de ser admitido, se fue a vivir a este municipio de Boyacá por cuatro meses.
El trabajo que desarrolló en su pasantía consistía en colaborar en el proyecto de conservación del venado de cola blanca y en realizar operativos de flora y fauna. Juan comenta que, en los operativos de flora, por ejemplo, se va a las carpinterías y se pide factura de las maderas para evidenciar que no hay deforestación; si no se puede demostrar la procedencia de la madera, esta es incautada. En los operativos de fauna, se hacen desplazamientos a lugares donde hay reportes de venados heridos por disparos, sus cuerpos se cargan con sábanas y se trasladan en guacales a los hogares de paso ubicados en Soracá; también se hace rastreo de los venados por sus heces.
Durante su pasantía, Sebastián tuvo la oportunidad de ver un total de cinco venados, también colaboró en los procesos de rehabilitación de esta especie en Soracá. Su posterior liberación se realiza teniendo en cuenta un árbol de decisiones basadas en el análisis etológico y físico del animal.
De los logros de su pasantía, Sebastián destaca el haber reportado dos crías de venados de cola blanca de aproximadamente 20 días de nacidos, tomar decisiones sobre qué hacer ante este hallazgo, estar pendiente de ellas, pero sin consentirlas, pues los venados son especies no domesticadas. Así mismo, acompañó a hacer el recorrido para encontrar las huellas de la madre de las crías y tratar de localizarla.
Una de las tareas más importantes de la pasantía de Sebastián fue entablar conversaciones con la comunidad, principalmente en las escuelas, para fomentar una convivencia más sana entre los venados y los campesinos cuyos cultivos se ven amenazados por la existencia de esta especie en la zona, pues estos animales pueden destruir cultivos de maíz, papa y arveja. También se buscó sensibilizar sobre la tala, fragmentación y quema de los bosques; y el tráfico de la carne de venado como producto exótico.
Algunas de las recomendaciones para ayudar a la conservación de los venados son evitar cultivar en zonas de páramo y rotar las estrategias para ahuyentarlos, pues se pueden habituar a estas y, en consecuencia, no alejarse.
En esta región se emplean varias estrategias para alejar a los venados de cola blanca de los cultivos, como ahuyentadores visuales —por ejemplo, espantapájaros y banderas de colores fosforescentes que se mueven por el viento y los espanta— y ahuyentadores sonoros, como vuvuzelas. Otra estrategia adoptada consiste en utilizar cercas vivas, por ejemplo, plantas de olor como el ajo o con espinas como la mora; por otro lado, también se emplean cercas eléctricas.
Para Sebastián, el mayor reto fue desligarse de la parte científica, cambiar el lenguaje técnico por uno más cotidiano y comunicar su mensaje de formas más sencillas para que la comunidad le entendiera. Esta experiencia le ayudó a fortalecer su sentido de empatía para reconocer los problemas y conflictos que aquejan a la población, en donde la mayoría de familias subsisten gracias a la minería; y desarrolló habilidades comunicativas como la escucha, pues solo así podía conocer la postura de los demás y expresar la suya, por ejemplo, respecto a los venados: la importancia de su conservación.
Otro de sus grandes aprendizajes se dio en torno al trato con los niños, pues tuvo la oportunidad de compartir con ellos en escuelas y colegios, por medio de charlas dinámicas y otras estrategias para fomentar su aprendizaje; por ello, hoy reconoce la importancia de saber enseñar y transmitir conocimientos adecuadamente a las comunidades, así no se tenga la profesión de docente.
En un trabajo conjunto, Sebastián y los profesores de la escuela realizaron una actividad teórico-práctica para que los niños aprendieran sobre la fauna de la región: hicieron avistamiento de aves y les mostraron las rutas de los venados. En una de las salidas, conocieron a un par de jóvenes cuyo conocimiento sobre aves de la región llamó la atención de Sebastián.
Sebastián considera importante realizar observación de campo con los niños, pues él sabe el valor de este tipo de actividad en el aprendizaje de la biología. Señala que lo que más le gustó de su pasantía fue convertirse en líder, aplicar todo lo que ha aprendido como biólogo y tomar decisiones en el avistamiento de venados.
Actualmente, el estudiante ya culminó su pasantía y ahora está enfocado en su trabajo de grado sobre el comportamiento de perros (cánidos), proyecto que realiza con la institución argentina Grupo de Investigación del Comportamiento en Cánidos (ICOC) y La Universidad Central.
Si tienes perros que puedan ser parte del estudio de Sebastián, escríbele a través de su cuenta de Instagram @juanse_gutierrez.
