La estudiante de publicidad, pasante del programa Manos a la Paz, trabaja con la comunidad de Riosucio y Carmen del Darién, Chocó.
Después de más de 50 años de conflicto armado en Colombia y un país entero reclamando paz, se empezó a hablar de un proceso de paz entre el Gobierno y las Farc, que se consolidó el pasado 24 de noviembre, al firmarse el Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera.
En el marco de la implementación del acuerdo, el Alto Comisionado para la Paz y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), unieron esfuerzos para impartir pedagogía de paz en los municipios de Riosucio y Carmen del Darién, zonas que fueron fuertemente afectadas por el conflicto armado en el departamento del Chocó, y el 24 y 25 de abril convocaron a líderes y representantes de asociaciones, comités, consejos comunitarios, comunidades indígenas e instituciones, para que conocieran y se involucraran en la construcción de paz desde los territorios.
Esta actividad recibió el acompañamiento del Mecanismo de Monitoreo y Verificación de la ONU, el Foro Interétnico Solidaridad Chocó (FISCH), la Agencia para la Renovación del Territorio (ART), y Manos a la Paz.
Al generar estos espacios se reafirma la idea de que la paz no es solo del Gobierno y de las Farc, sino que la sociedad civil juega un papel crucial en el asunto, ya que como lo expresó Manuel Romaña, delegado del FISCH, “el proceso de paz es de todos los colombianos”, y es necesario que cada uno se apropie de esto, para exigir sus derechos y propender por el bienestar común, teniendo en cuenta que el acuerdo final es la guía que establece lo qué se debe hacer, pero el cómo, se debe construir de forma colectiva desde las experiencias y necesidades de cada región.
En esta línea, la pedagogía de paz sirve para socializar los acuerdos y mostrar el estado del proceso. Al respecto Harold Cadena, asesor territorial del PNUD para el Chocó manifestó. “le hemos podido explicar a la gente cómo están establecidos estos acuerdos y los avances que en cada uno de los territorios se pueden identificar”.
Al ser este un ejercicio bilateral, permite escuchar a la población, conocer sus percepciones y expectativas frente al tema, recoger sus inquietudes y dar las respuestas pertinentes a la ciudadanía. Pero el asunto en Riosucio y Carmen del Darién es particular, ya que estos municipios cuentan con la característica de tener a pocos kilómetros, uno de los Puntos de Transición y Normalización (PTN), en los que están agrupados excombatientes de las Farc, cumpliendo con lo pactado para su retorno a la vida civil.
El reconocimiento y la aceptación de esa coexistencia permitieron que en los eventos se resaltara el sentido de la reconciliación, la preocupación por el bienestar del otro, el perdón y la esperanza de convivir en paz. La comunidad resaltó la necesidad de que en los PTN se cumpla con las condiciones de calidad de vida suficientes, para que los miembros de las Farc se mantengan firmes en la idea de volver a la vida civil, sin estigmatizaciones ni recriminaciones de su retorno.
Los encuentros entre la sociedad civil, las instituciones, el Gobierno, y las Farc, mostraron que Colombia se encuentra en un punto clave para su transformación social, en el que el grupo guerrillero cumple con su parte del acuerdo, las comunidades víctimas muestran su apoyo total a la reinserción de los excombatientes, y el Gobierno manifiesta su interés por “la seguridad, los avances y la tranquilidad de ellos, para su tránsito a la legalidad”, afirmó Teylor Valbuena, delegado de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, por lo tanto el proceso sigue en marcha y como lo dijo un líder en Riosucio “pa'lante la paz”.