Tres egresados y dos estudiantes del programa de Creación Literaria obtienen una beca distrital para promover el talento artístico colombiano emergente.
Por lo general, las becas se crean con el fin de que las personas y los grupos constituidos previamente obtengan los apoyos necesarios para crecer y consolidarse. Sin embargo, ese no fue el caso de Letray-Legal. Este colectivo unicentralista nació azarosamente en tiempos frenéticos de una convocatoria distrital de 2016 que exigía unos productos editoriales finalizados y listos para pasarlos a la imprenta. Pero ni lo uno ni lo otro tenía el pequeño clan estudiantil; tan solo algunos textos, ideas y, eso sí, el empeño de dar a luz las obras literarias de sus noveles integrantes.
Pese a que no se obtuvo el resultado esperado en ese entonces, Letray-Legal persistió y hoy por fin se reconoce como ganador de la Beca para proyectos editoriales independientes, emergentes y comunitarios 2024, del Instituto Distrital de las Artes (Idartes). Noticentral habló con Mateo Sanabria, egresado del programa de Creación Literaria de la Universidad Central en 2019, y con Natalia Niño y Sofía Quintero, estudiantes de séptimo y octavo semestre respectivamente, para reconstruir los avatares de esta agrupación literaria y lo que significa tanto para ellos como para el programa académico este triunfo institucional.
En busca de una identidad colectiva
Letray-Legal es un colectivo dedicado a la gestión cultural y la promoción de lectura mediante un formato editorial peculiar: el fanzine. Este tipo de publicación se caracteriza por acoplar textos e imágenes en un impreso conciso, con un estilo urbano, libre y artesanal, el cual es editado por y para aficionados a los temas o géneros que acoge el fanzine en sus distintos números.
La edición, corrección, diagramación e impresión de esta clase de producciones son esencialmente acciones colectivas y dichos objetos pueden variar en tamaños y presentaciones según los intereses culturales de sus hacedores. Por eso, Letray-Legal abre convocatorias periódicamente para que distintos escritores e ilustradores que publican por primera vez en su vida participen en la conformación de los contenidos de las piezas impresas. La curaduría de los escritos y las obras artísticas está a cargo de un comité editorial, el cual ha seleccionado hasta la fecha 11 números que abarcan temáticas como la psicosis, la mitología, los deportes y el papel de la mujer contemporánea.
El grupo literario ha participado en espacios culturales de la misma Universidad Central, la Universidad Libre, la Feria Internacional del Libro de Bogotá, el Centro Cultural Libre Colaboración, Sala 101 de Fontibón, entre otros. “Todo esto es lo que justamente nos permite la accesibilidad y maleabilidad del fanzine: podemos abrirnos a una multiplicidad de voces, encuentros y talentos que enriquecen las experiencias editoriales, muy distinto a lo que ofrece el tradicional formato de libro impreso”, apunta Natalia Niño.
Del plegable gratuito al cuadernillo remunerado
En 2024, el colectivo decidió cambiar el formato de plegable del fanzine a uno en forma de cuadernillo, debido a la inclusión de contenidos más ricos en su expresión artística. Dicha transformación coincidió precisamente con la necesidad de recaudar fondos para gestionar la publicación del material y asegurar cierta estabilidad para los tiempos venideros. “El fondo de financiación ya venía funcionando gracias a las invitaciones a dictar talleres pagados, por lo que desde hace algún tiempo hemos acudido menos a los recursos personales para sostener la impresión de los fanzines”, advierte Sanabria.
Pero ese no fue el único encuentro feliz en las finanzas de Letray-Legal. Hace pocos meses, el colectivo fue notificado como ganador de la Beca para proyectos editoriales independientes, emergentes y comunitarios 2024, en la categoría proyectos comunitarios, con el propósito de respaldar la publicación de al menos dos fanzines, según las condiciones de la convocatoria pública.
Para la obtención de este apoyo, la agrupación unicentralista pasó por un riguroso proceso de evaluación que ponderó la viabilidad financiera del proyecto. Así, la propuesta debía ser coherente entre las especificaciones técnicas y materiales de las obras y los montos solicitados. Además, el jurado analizó la solidez formal y conceptual de los productos, como también la estrategia de circulación de los impresos.
Ahora, Letray-Legal está en proceso de producción editorial de sus dos nuevos números fanzineros gracias al soporte económico de la beca: el n.º 12, Mujeres, con el cual se pretende reflejar tanto pictórica como textualmente ese inconsciente colectivo acerca de la gran variedad de roles que representan las mujeres en la actualidad. El n.º 0 es, a todas luces, una relectura de los orígenes del grupo literario: el Re-fanzine de multiversos intenta rescatar las obras de algunos de los números previos, como La intelectualidad del ignorante, Psicosis y Raíces.
Hoy por hoy todo es una armonía relacional para Letray-Legal, muy distinta y distante a los comienzos del colectivo: “Mujeres, por ejemplo, está conectado con su lugar de lanzamiento, que tenemos pensado desarrollar en la Librería Woolf o Librería Madre Tierra, las cuales se especializan en literatura escrita por mujeres. La idea viene de una experiencia transgresora anterior, en la que presentamos el número Sueños y para la que decidimos asistir enpijamados”, recuerdan entre risas los líderes del grupo.
“La literatura trata de particularizar lo general”
Arte y parte ha tenido el programa de Creación Literaria de la UCentral en cuanto a la formación de los miembros del colectivo, pues para Quintero, este pregrado ha brindado las herramientas necesarias para forjar en cada uno el “artista integral” requerido en este tipo de apuestas culturales. “Los paradigmas, recursos y movimientos literarios concebidos en nuestros cursos han sido insumos claves para pensar asimismo en nuestros fanzines; el reto consiste en cómo proponemos innovaciones y cómo le imprimimos literalmente nuestro sello personal a cada publicación, como hemos hecho con la poesía visual”, remarca Quintero.