La obra, que recibió el Premio Nacional de Novela 2021, tuvo una excelente recepción en el evento cultural más importante de la capital.
El pasado viernes 29 de abril el profesor Óscar Pantoja arribó al Gran Salón Ecopetrol de Corferias para presentar una obra que lo emociona, que le ha valido reconocimiento a nivel nacional y que, según sus palabras, lo ha transformado como escritor: Madre, una novela que refleja la violencia general y contra la mujer, a la vez que rescata su lucha por cambiar esa situación. La obra fue publicada por el Fondo de Cultura Económica.
El evento fue moderado por Alejandra Soriano, cuyas preguntas develaron el proceso de creación de esta novela y le permitieron al público conocer mucho más de la obra, que, en palabras del jurado del Premio Nacional de Novela 2021,“es de un interesantísimo riesgo por la forma como caracteriza, por la forma como narra y por la manera como aborda desde lo sobrenatural unos problemas sociales de gran factura”.
La novela narra la historia de dos mujeres:Yolanda (madre) y Diana (hija), quienes viven en un pueblo machista y violento bajo el yugo del padre. Diana, una joven de 19 años, es la narradora de la historia, quien se enfrenta a dos dramas que la sobrecogen: ver cómo su madre termina transformada en un objeto y percibir a los fantasmas que persiguen a su padre.
Los personajes, construidos con gran profundidad, representan arquetipos en la historia: no son completamente buenos ni del todo malos, son solo humanos que toman decisiones a veces acertadas, a veces equivocadas, como toda persona en el mundo real. La excelente caracterización de los personajes demuestra el interés del autor por abordar la condición humana.
“Los escritores sabemos que nuestra materia prima para trabajar es la misma: los seres humanos, sus pasiones, sus intrigas, sus situaciones de vida, es decir, su situación humana se convierte en la arcilla con la que trabajamos”, expresa el autor. Madre es una muestra de ello.
Madre es la voz de muchas mujeres que son agredidas y limitadas a la condición de objeto; es el espejo de una violencia que se ha colado lentamente en nuestra sociedad hasta el punto de ser normalizada; es el horror de descubrir el poco valor que la vida y la dignidad tienen para muchos; es la evidencia del terror que paraliza atado a la ignorancia y la vulnerabilidad; es el grito de auxilio desesperado de cada mujer que ha sufrido el peor horror de su vida: una violación; es la mirada con temor al ultraje y la súplica diaria por no vivirlo; es el rastro silencioso de la muerte en pisadas ensangrentadas; es el anhelo de huir de la violencia.
En palabras de su autor, “la novela configura un universo de miedo y terror, un terror que lo inquieta, pero a la vez le resulta liberador”. La novela se basa en un terror real a partir del cual se configura un miedo de ficción por medio del cual se devela una verdad. Para este autor, “como escritor hay que escribir mentiras (ficción) para contar la verdad, la realidad”.
Madre, tal como ocurre con la novela El hijo —del mismo autor—, muestra con crudeza una realidad que no puede escapar a los ojos del escritor y que debe plasmarse en la literatura. El profesor Pantoja es consciente de que al él no le tocó vivir el realismo mágico, sino el cinismo y la violencia, y es eso lo que presenta en sus novelas:
“Los temas sociales que me interesan desde luego son la violencia encarnada en los estamentos de poder, de corrupción e ilícitos; las violencias surgidas de los conflictos armados y del empoderamiento de personajes que son, en cierto sentido, campesinos, pero que se van corrompiendo y a quienes el acto de la guerra los lleva a un lugar tremendamente salvaje, donde lo que hacen es como si fuera una ley que se apropiara de un terreno. La novela es el reflejo de lo que hay en la actualidad, después de un análisis previo”.
En su intervención, el autor reveló que la idea de esta novela venía dando vueltas en su cabeza desde años atrás, pero no logró estructurarla hasta que una serie de elementos se fueron alumbrando: “Cuando tuve al personaje y al narrador, hace un año y medio o dos años, aproximadamente, fue cuando decidí qué personaje sería el narrador (la hija), qué le ocurriría a la madre, quién sería el padre y dónde vivirían, entonces resolví todo el conflicto y empecé a escribir”.
Su inspiración no vino solo de la realidad social colombiana, sino también de las lecturas que ha realizado a lo largo de su vida, en especial, la literatura escrita por mujeres:
“El punto de partida fue la novela La vegetariana, de la escritora surcoreana Han Kang. De esa novela me impactaron mucho sus imágenes, su narrativa, el universo machista, la objetuación de la mujer. Entonces empecé a leer mucha literatura creada por mujeres, como las obras de Dolores Reyes, Herta Müller, Alice Munro, Elfriede Jelinek, y retomé la lectura de Virginia Wolf; todas ellas fueron alimentando la novela”.
Desde el punto de vista estético, su obra presenta un cruce de géneros que la enriquecen. Lo social, lo fantástico, lo paranormal y el terror convergen en un mismo espacio interconectados, de manera que la obra puede ser a la vez de terror, de liberación, fantástica, macabra y hasta surrealista. Además, su experiencia con el cómic y el guion cinematográfico le ha permitido escribir la historia a manera de novela corta.
En cuanto a las técnicas narrativas empleadas, cobra relevancia el juego con los tiempos verbales, que no es fortuito: “La narración empieza en el pasado, pero lentamente se va insertando el presente; después entendemos que el presente también es parte de un pasado”. Analepsis, prolepsis, metáforas, elipsis, caracterización y desarrollo al máximo de los personajes son algunos de los recursos técnicos utilizados en su escritura, “pensados siempre de antemano, nunca puestos o encontrados al azar”, como indica el autor.
El profesor Pantoja reconoce que su sello distintivo como autor está presente en Madre y se manifiesta en su recorrido por diferentes lenguajes artísticos: “Siento que en este momento los creadores y las creadoras estamos pasando por un momento muy rico de diversidad en el empleo de los lenguajes y podemos movernos de un lado a otro”.
La Universidad Central se enorgullece de contar con tanto talento, creatividad y dedicación dentro de su planta docente, y toda la comunidad centralista celebra los logros del profesor Pantoja.