Un grupo de caninos, entrenados para cuidar a unicentralistas y transeúntes del sector, integra el corredor de seguridad de la UC.
Vivir en una gran ciudad implica estar expuesto constantemente a situaciones que amenazan la seguridad, la integridad física y las finanzas, pero que con algunos consejos y la ayuda de expertos se pueden evitar.
En la Universidad Central, este componente, indispensable para el buen desarrollo de la vida universitaria, está a cargo del Departamento de Servicios Administrativos, que realiza las labores de vigilancia, protección y orientación a unicentralistas y transeúntes del sector, y ejecuta el Plan de Seguridad.
Para velar por el bienestar de todos, en permanente estado de alerta permanecen las patas, orejas y hocicos de un grupo de caninos entrenados para patrullar diariamente, junto a sus guías, las calles que rodean las instalaciones de la UC, vigilando de forma permanente el perímetro comprendido entre las carreras 4.a y 5.a y las calles 19 y 22.
Dóciles y tranquilos, pero siempre atentos a movimientos, personas o situaciones peligrosas para quienes transitan por allí, estos guardianes custodian los lugares de desplazamiento habituales de los unicentralistas y están siempre listos para protegerlos.
“Ellos establecen comunicación con su guía todo el tiempo y esperan su orden para actuar ante determinadas situaciones, realizan turnos de cuatro horas y duermen más de seis”, explica Carlos Jovel, supervisor de seguridad canina de la Universidad.
Tronx, Cafio, Kalú, Tania y Can Can forman parte del equipo de perros guardianes que a diario patrullan los alrededores de la Institución. Tras el bozal que parece retener su ferocidad solo hay una mirada tranquila y la disposición de servicio constante que les da el entrenamiento que afianzan cada tres meses.
“Tania es muy dulce, pero a la hora de trabajar es muy fuerte y decidida. Una vez, sobre la séptima, cogieron a un muchacho que se robó un celular y la gente lo iba a golpear; ella intervino, evitó que lo hicieran y al mismo tiempo me protegía porque pensaba que en medio de la situación también me podían agredir a mí... eso me marcó”, comenta Carlos con un tono de admiración y cariño fiel en su voz.
El cordón de seguridad de la UC establece contacto radiotelefónico con los corredores y guías caninos de las universidades Tadeo Lozano, Andes, Rosario y Externado, con lo que aumenta su capacidad de respuesta ante hurtos o agresiones a personas y ejecuta un valioso trabajo colaborativo por el bienestar de la comunidad universitaria y los habitantes del lugar.
“Muchas personas que viven en esta zona dicen que es la más segura del sector”, añade Carlos, quien también explica que cualquier integrante de la comunidad unicentralista que necesite el acompañamiento de los guías caninos para desplazarse en los alrededores de la Universidad puede solicitarlo al Departamento de Servicios Administrativos.
Aunque el corredor de seguridad, así como otras estrategias de vigilancia y seguridad gestionadas por esa área son indispensables, no debemos olvidar que otra forma de protegerse es “No dar papaya”, teniendo en cuenta las siguientes recomendaciones:
- Familiarícese con sitios, personas, vigilantes y guardia canina habituales en la Universidad y sus vías de acceso.
- Salga acompañado o en grupo hacia las vías de acceso, especialmente en horas de la noche.
- Evite hablar por celular en la calle.
- Evite el uso de joyas o elementos de valor o trate de ocultarlos en la ropa cuando salga de las instalaciones de la Institución.
- No suministre datos o documentos personales a extraños y cuídese de responder encuestas sospechosas.
- Si pierde su carné universitario, repórtelo en el módulo de control de acceso.
¿Dónde reportar casos de inseguridad o robo en la Universidad Central o sus alrededores?A las extensiones de seguridad 7777 ó 7778, en la Sede Centro, y 7779, en la Sede Norte.