Sobreexplotación, comercialización y conflictos de intereses, la Amazonía arde a causa de algunas ideas de negocio.
La región de la Amazonía históricamente ha sido reconocida por ser uno de los pulmones del mundo gracias a la biodiversidad que está presente en la zona. Sin embargo, desde hace un par de siglos, también se han conocido los diversos conflictos de intereses y la sobreexplotación que se ha llevado a cabo, por ejemplo la Fiebre del Caucho principalmente en el siglo XIX, donde hubo una fuerte extracción del látex en las zonas amazónicas.
No se puede desconocer que la deforestación es el día a día de la región. Lo que más preocupa es que para el primer periodo de 2021 se han vuelto a evidenciar nubes de humo continuas y gigantescas a causa de los acelerados y descontrolados procesos de transformación en esta zona. ¿Por qué los incendios no se controlan a tiempo?, ¿dónde está el control estatal para hacer frente a este tipo de problemáticas?
De la misma manera, no dejan de ser impactantes las cifras sobre las hectáreas que se deforestan a diario en dicha selva tropical. Según el Ideam (Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales) en los primeros meses del año 2020 hubo un aumento del 83 % en la deforestación en comparación 2019; es decir, para el primer trimestre de 2019 se deforestaron cerca de 35.000 hectáreas y, para el mismo periodo pero del año 2020, la cifra rondaba las 64.000 hectáreas.
Transformaciones
Según Rodrigo Botero, director de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS), las Sabanas de Mapiripán (Meta) se han convertido en uno de los lugares con “la mayor dinámica de transformación de la región de la Orinoquía y Amazonía colombiana”. Sin embargo, cabe resaltar que la ‘transformación’ no necesariamente es un sinónimo de mejoría y evolución.
Así vemos cómo la Amazonía colombiana, poco a poco, deja de ser uno de los epicentros de la coca (aunque aún existan muchos cultivos de esta, principalmente hacia el Río Guaviare) para pasar a ser un sector con un desarrollo ganadero enorme.
Implicaciones
Una de las mayores consecuencias es el hecho de que los terrenos ganaderos que se están loteando atraviesan resguardos indígenas como el de los Nukak Maku. Frente a tal situación es válido cuestionarse sobre las regulaciones y el control que debería ejercer el gobierno, pues ¿hasta qué punto las ideas de negocio se anteponen a la protección, seguridad y bienestar de las comunidades ancestrales y, aún más, a la conservación de la naturaleza y los recursos que emanan de ella?
En cifras expresadas por Rodrigo Botero: de las 980 mil hectáreas (en donde habita el resguardo Nukak Maku), 300 mil están siendo intervenidas (¿o arrasadas?). Sin importar qué, aquellos que están loteando dichas zonas, están atravesando los terrenos del resguardo.
La falta de políticas gubernamentales hace que esta comercialización de terrenos ganaderos se haga de manera desmedida, porque, por supuesto, al ser muy baratos (los lotes) resultan muy rentables, especialmente en grandes cantidades.
La ‘ñapa’
Según una investigación de la BBC (2021) algunos de estos terrenos (principalmente en la zona de Brasil) están siendo publicados en la red social Facebook con el fin de ser vendidos, claro está, de manera ilegal. De igual manera, el medio de comunicación señala que hay terrenos en venta que pueden llegar a ser tan grandes como “mil campos de fútbol”.
La comercialización de los terrenos en esta selva biodiversa trae consecuencias que pueden ser irreversibles a largo plazo. Así mismo, estos ‘nuevos invasores’ hacen que los indígenas desvíen su principio de identidad colectiva y su propósito como resguardo; por ejemplo: cuando los obligan a convertirse en ‘raspachines’ (personas que raspan hojas de coca).
En otras palabras, parece que los patrones históricos se tienden a repetir: un grupo de personas invadiendo terrenos, arrasando con la naturaleza, fragmentando tradiciones ancestrales y despojando a aquellos que no siguen sus mismas ideas de negocio.
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