Estudiantes de la carrera de Arte Dramático nos cuentan sus experiencias de intercambio estudiantil del exterior hacia la Universidad y viceversa.
La movilidad estudiantil en la Universidad Central es una opción a la que los estudiantes se pueden postular para poder cursar un semestre en una institución de educación superior, bien sea local, nacional o internacional, realizando el pago regular del semestre en la UC.
Para poderse postular, el estudiante debe cumplir con algunos requisitos y asumir los costos derivados de todo el proceso de movilidad, como el costo de matrícula, transportes, trámites de visa y pasaporte, pólizas de seguro médico, costos de alojamiento y demás costos que se puedan generar.
Algunos estudiantes de la carrera de Arte Dramático de la Universidad Central –dos provenientes de México y una que estuvo en México, todos en intercambio, y que actualmente se encuentran en sexto semestre- compartieron algunas experiencias de su movilidad.
Estudiantes de Arte Dramático de la Universidad de Sonora, México, de intercambio en la Universidad Central
¿Por qué se interesaron en estudiar Arte Dramático en la Universidad Central?
Daniela Manzanares: “Bueno, nosotras nos enteramos de este programa porque en octubre del año pasado, recibimos la visita de unos estudiantes de la Universidad Central que fueron a un festival de teatro y nos presentaron su obra Maese Patelin y otras farsas. Luego, salimos con los chicos a platicar un rato y nos comentaron de su plan de estudios, de lo que hacían en México, el tipo de teatro, en fin. Entonces, Karla y yo ya teníamos la inquietud de irnos de intercambio, pero no sabíamos a dónde. Entonces fue como que llegaron estos chicos y nos señalaron a donde podíamos ir. Nos entusiasmamos mucho con lo que ellos tenían para decir y nos gustó mucho su trabajo. Por eso es que nosotras decidimos venir para acá”.
Karla Robles: “Dentro de ese festival, en la escuela de nuestra universidad, los maestros tenían unas mesas para hablar sobre el programa de estudios. Nosotros tuvimos la suerte de poder estar dentro de las pláticas que tenían sobre el programa de estudios. Y nada, pues supimos todavía más a profundidad sobre el tema y por eso nos gustó: porque comparaban el programa de estudios de aquí y el de allá”.
¿Qué diferencia en el sistema de enseñanza encuentra, entre lo recibido en México y el programa de teatro en Colombia?
D. M.: “En general creo que son bastante similares; hay más trabajo de voz en este programa. Nosotros solo llevamos dos cursos de voz obligatorios. Tengo entendido que acá es toda la carrera, y se nota. Igual allá nosotros tenemos dos años de danzas, se toca más el tema de la danza. Entonces en primero y en segundo nos dan ballet, danza clásica y contemporánea. En segundo año nos dan jazz y nos dan danzas urbanas. Aquí dan danza más enfocada en el teatro. Allá está un poco más dividida la danza y el teatro. Es porque son dos carreras. Allá la carrera es Licenciatura en Artes Escénicas, opción danza y opción teatro. Pero al principio todos estamos combinados, entonces los estudiantes de danza están obligados a estudiar actuación; y nosotros los de actuación, danza.
Algo que nos parece interesante es que los maestros aquí hacen la clase con nosotros. Usualmente, allá el maestro solo dirige y no está haciendo lo mismo que nosotros. Lo otro, es el tipo de maestros que tenemos acá. Creo que a todos los puedes ir a ver haciendo su trabajo, todos están ejerciendo como actores. Allá, en México, la mayoría están retirados y no hemos tenido oportunidad de verlos en acción. Bueno en cuanto a la técnica y al abordaje de las clases, son similares, los programas no han sido un choque grande. En cuanto al trabajo físico, también es similar.
En cuanto al trabajo físico, en este semestre, en particular con el maestro Nicolás Cancino, estamos haciendo cosas similares a lo que hacemos allá de entrenamiento físico; pero no habíamos abordado el tipo de teatro que es el teatro del absurdo, que es el que estamos trabajando ahora. También creo que acá, por lo que tengo entendido, empiezan a hacer puestas en escena desde el segundo semestre; allá empezamos desde el cuarto semestre, si uno tiene suerte. Pero depende mucho del grupo, dependiendo de lo que se logre como grupo, se hacen las puestas. Allá, logramos fijar la puesta en escena en cuarto, en quinto presentamos ejercicios solamente, escenas, y en sexto se presenta otra obra. Aquí tienen más oportunidad de experimentar sobre las tablas”.
¿Recomendarían este programa a otros estudiantes en México?
D. M.: “Sí, definitivamente sí. Creo que el programa de aquí es muy bueno y tiene muy buenos maestros”.
¿Se han cumplido las expectativas que traían?
D. M.: “Yo pienso que sí. Sobre todo, ha sido un cambio muy grande. Pues la cultura aquí no es muy distinta; hemos aprendido mucho de los compañeros y de los maestros, nos gusta mucho la escuela”.
K. R.: “Sí, con las clases, digamos que yo no tenía muchas expectativas, sino que veníamos a ver qué pasaba, pero sí, yo estoy muy satisfecha con los maestros y con los alumnos también”.
¿Qué es lo que más les ha gustado de esta experiencia?
D. M.: “Creo que el ímpetu: ver en los maestros que de verdad les apasiona lo que están haciendo, que tienen ese ímpetu y esa hambre de aprender. Creo que es muy grato venir a encontrarse con esto y es algo que nos motiva también a nosotros a proponer”.
K. R.: “Como una actitud muy positiva de trabajo, de querer hacer las cosas. En lo personal, la clase de movimiento ha sido mi favorita. Me gusta que el maestro haga la clase con nosotros y me gusta que es muy enérgica. Creo que los maestros nos motivan mucho a los dos; somos como un equipo todos, nos tratan como iguales y eso es lindo también, que nos motivemos entre todos y que estemos aprendiendo sobre el oficio. Otra cosa es que, en todas las clases, si tienes una pregunta, por más tonta que sea, la puedes hacer y no te debes quedar con la duda. Eso fue para mí muy bueno, porque te hace sentir en confianza; hay como mucho optimismo y eso se agradece”.
Estudiante de Arte Dramático de la Universidad Central, de intercambio en la Universidad de Guadalajara, México
¿Por qué se interesó en estudiar Arte Dramático en México?
Katherine Martínez: “Porque desde que entré a estudiar la carrera, tenía la idea de hacer un intercambio, ya que yo había hecho otra carrera aquí en la Universidad, y, afortunadamente, ya cumplía con los requisitos. Miré las opciones y entre las opciones estaba la de Guadalajara y me gustó”.
¿Qué encontró en el sistema de enseñanza en Guadalajara?
K. M.: “El nivel de exigencia física. Allá, el entrenamiento corporal no es obligatorio, sino que hay dos básicas electivas, algunas de acrobacia. Algo que me llamó la atención es que hay una materia obligatoria de voz y no hay más. También, tengo muchas clases de muchos juegos; los mexicanos juegan mucho, se divierten mucho haciendo teatro. Encontré mucha calidad humana, muchos compañeros que estuvieron pendientes de lo que yo necesitaba, muy dispuestos a dar su conocimiento. En la Universidad de Guadalajara hay muchas opciones de irse, por ejemplo, por el lado de los títeres y tienen diferentes opciones para probar otras cosas”.
¿Recomendaría este programa a otros estudiantes en Colombia?
K. M.: “Sí, a cualquiera recomiendo hacer la experiencia de un intercambio. Uno crece en lo personal y en lo académico. Yo me iba muy tranquila sabiendo que era lo que me iba a encontrar, fui a experimentar y en muchas cosas se me cumplieron las expectativas”.
¿Qué es lo que más le gustó de esa experiencia?
K. M.: “El tema del juego, la calidad humana de los profesores, pues hubo una cercanía muy bonita. El haber tenido la oportunidad de hacer una clase de dirección; eso me gustó un montón, porque fue ver el teatro desde otro punto de vista. También que los maestros me compartieron mucho de su trayectoria, que es muy amplia”.