El docente de la Escuela de Artes y director artístico del Teatro Libre da un salto al viejo continente para presentar la obra Amo y Criado
Diego Alberto Barragán es un hombre tranquilo, dedicado y apasionado por el teatro. Desde que decidió entrar a ese mundo, aún sabiendo que no iba a ser un camino fácil, ha sorteado diversos roles solo para estar vinculado a la industria. A punta de talento, práctica y perseverancia se ganó un lugar como profesor y actor destacado, participando en obras como Julio César de William Shakespeare, El burlador de Sevilla de Tirso de Molina, La Odisea de Homero, entre muchas otras.
Para este docente de la Escuela de Artes el teatro es más que un estilo de vida y él está dispuesto a dedicar todo su tiempo para engrandecer esta labor que ama desde que era niño. Diego se graduó como literato en la Universidad de los Andes, también es egresado del Teatro Libre, lugar en el que trabaja y ha dejado gran parte de su corazón. Es profesor de historia del teatro, entrenamiento vocal, interpretación y actuación.
Noticentral habló con él para conocer su perspectiva del oficio, su experiencia en las aulas y, por supuesto, para que nos contara sobre esa gran aventura que inició hace poco y que dejará sensaciones muy gratas en el público nacional e internacional: el actor y académico bogotano emprendió una gira por España para presentar la obra Amo y Criado, ¡Donde hay agravios no hay celos!, de Francisco Rojas de Zorrilla. Esta aventura contó con el apoyo del Teatro Libre, el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo y la Comunidad de Madrid.
Noticentral: ¿Hace cuánto está vinculado a la Universidad Central?
Diego Barragán: Yo trabajo aquí desde 2007. Estudié en el Teatro Libre, me gradué en 2003 y ahí me quedé. Luego se abrieron las puertas para crecer, aprender y vincularme profesionalmente con la Universidad Central. He hecho de todo un poco en esta Institución y, en especial, me fascina montar obras. De la carrera de Arte Dramático destaco que cada semestre se monta una obra, y eso no pasa en todos los programas académicos de la ciudad y el país.
Siempre le apuntamos a que sea un gran montaje para poder tener una temporada estudiantil, esto significa que el montaje se presenta en la Sala Centro del Teatro Libre para público abierto. Esto es un premio que nos motiva a darlo todo en cada puesta en escena. Como profesor puedes ser un director de teatro y, para mí, ese siempre fue un gran sueño por cumplir.
N: ¿Cómo son los montajes teatrales que hacen en la Universidad?
D. B: Estos montajes tienen unas características especiales. Una de ellas es que deben ser portátiles. Además, tienen que caber dentro de una flota, estamos hablando de una escenografía pequeña y barata. Principalmente esto debe atraer gente, deben ser temas sencillos de entender para la mayoría de las personas. Tratamos de llevar a diversos lugares de Colombia montajes dramáticos, familiares, cómicos y para niños. Así tenemos más opciones para el público que nos va a ver.
N: Cuéntenos sobre la obra de teatro que presentarán en España…
D. B: Antes quiero mencionar todo lo que vivimos en la pandemia: revoluciones, salas de teatro cerradas, retos y compromisos. Esta oportunidad es fabulosa. ¿Ir a España es ir a un país con una historia teatral de 300 años? Por lo menos. Nosotros tenemos unos 70 años de historia teatral, somos bebés. Entonces esta es una exigencia grande, porque se trata de una gira por muchas ciudades del país ibérico. Me siento orgulloso de hacer arte y compartirlo con el mundo.
N:¿Qué comparten el teatro y el cine?
D. B: Estamos contando historias, básicamente. Yo veo que el lenguaje del cine busca contar esa historia con los medios que tiene, de la manera más atractiva, asertiva y concreta. Es justamente lo que buscamos hacer todo el tiempo en teatro. Buscamos que el público esté al borde de la silla con las expectativas al máximo.
N:¿La comedia es su género teatral favorito?
D. B: En el Siglo de Oro Español todos llamaban comedia a todas las obras teatrales. A una tragedia terrible le llamaban comedia. Entonces quiero decir que uno como actor quiere hacer de todo y a mí me gusta. He llegado a hacer papeles dramáticos y cómicos. Un reto muy interesante para los que amamos las tablas.
N:¿Los papeles que ha hecho han trascendido a su vida personal?
D. B: Sí, pasa. Hay personajes que te marcan, a los que les das entraña… Siempre me gusta recordar este ejemplo raro: mientras yo hacía un personaje en esa época de mi vida me atracaron cuatro veces. ¿Por qué? Porque ese personaje requería que yo tuviera una mirada específica en un cuerpo específico que no tenía nada de agresivo. El papel estaba basado en una novela de Fiodór Dostoievski que se llama El idiota, entonces yo era un personaje eternamente bueno. En esa exploración de ser buena persona mi plan fue bajar los hombros, agachar la cabeza, mirar desde abajo a la gente… Entonces me veían y me robaban.
N:¿Cómo percibe la situación social y política de Colombia en la actualidad?
D. B: Quiero mencionar que el teatro tuvo un nacimiento contestatario. El teatro, en sus inicios, ha luchado contra el establishment. Necesitamos hacer nuevamente este país. Hemos sido criados por la derecha, nadie piensa en el pueblo. ¿El pueblo qué? Ahora vivimos una explosión porque el establecimiento se pasó. El último gobierno ha sido nefasto y considero que es un momento álgido.
N:¿Cuál es el mensaje para quienes sueñan con el teatro como su estilo de vida?
D. B: Lo primero que debo decir es que los sueños sí son posibles. He tenido muchos estudiantes que han tenido que dejar atrás sus sueños porque ser actor y dedicarse al arte no es una tarea fácil. Colombia es un ejemplo especial porque aquí no hay apoyo gubernamental. Cada año hay recortes y más recortes al presupuesto de la cultura. Mi mensaje es que ahora hay más teatros y gente que quiere ir a las salas a disfrutar este plan. Busquen ser los mejores y los más disciplinados. El talento a veces es un arma de doble filo, pero se puede creer.
N:¿Qué diría de Colombia al público europeo que vaya a ver la obra?
D. B: Con la obra El burlador de Sevilla viajé a España con el Teatro Libre en 2003, participamos en el Festival de Teatro Clásico de Almagro y había gente que nos decía “Oiga… ¡ustedes hacen teatro como nosotros!”. Hay personas que piensan que Colombia es una gran selva tropical. Hubo una persona que me dijo que la coca y la marihuana crecían en los separadores de las calles. Hay mucho de eso afuera del país, pero yo siempre he resaltado las tradiciones y la riqueza cultural del pueblo colombiano. Somos fuertes, ricos, pluriculturales.
Antes de culminar la entrevista Diego Alberto termina su café y menciona la importancia de formar artistas que le muestren al mundo lo que somos como cultura. “Desde mi labor hay un compromiso serio por hacer teatro estético, bello y diverso”, resalta este docente que emprendió una travesía al viejo continente para dejar en alto el nombre del teatro colombiano, y por supuesto, de nuestra Universidad Central.