Así lo afirmó el periodista Juan Diego Alvira, durante la charla “Televisión, gente, cercanía y periodismo" que impartió a los corresponsales RIC y a los voceros unicentralistas.
Periodista y presentador de noticias de amplia trayectoria en Caracol, Citytv y otros medios de comunicación, Juan Diego Alvira es una figura familiar para millones de colombianos. Se graduó en comunicación social en la Universidad Jorge Tadeo Lozano y también obtuvo un título en derecho en la Universidad La Gran Colombia.
Alvira se caracteriza por su particular estilo de hacer periodismo que, más allá de limitarse a informar y a narrar hechos, lo lleva a acercarse a la gente para conocer a fondo sus problemáticas y a tratar de influir en la opinión para resolverlas. Su credibilidad, “olfato” periodístico y dinamismo lo han hecho merecedor de reconocimientos como el Premio India Catalina al mejor presentador de noticias, que obtuvo en 2010, y el Premio Fasecolda al mejor trabajo en televisión, que se le otorgó en 2014.
Su marcada disposición a interactuar con las personas hizo que aceptara gustoso la invitación que le extendió la Red Interna de Corresponsales (RIC) para que compartiera con nuestros corresponsales y voceros sus conocimientos y experiencias como periodista de televisión. Fue así como el pasado 5 de julio les dictó la charla-taller “Televisión, gente, cercanía y periodismo", actividad que tuvo lugar en el Auditorio Fundadores y que corresponde a la segunda sesión del plan de capacitación anual de la RIC para 2017.
La evolución del periodismo en la Era de la Información
Alvira comenzó su disertación recordando el controvertido fallo que la Corte Constitucional emitió en 1998, en virtud del cual el Estado colombiano consideraba el periodismo un oficio y no una profesión. Dicho fallo —cuyo ponente fue el entonces magistrado Carlos Gaviria— establecía que ya no era necesario poseer la tarjeta profesional para ser periodista, pues argumentaba que ello iba en contra del derecho constitucional de todos los ciudadanos a expresarse y restringía la facultad de informar a unos cuantos. En consecuencia, cualquier persona, independientemente de su profesión u ocupación, está habilitada desde entonces para ejercer el periodismo.
Según Alvira, más allá de las bondades o desatinos de este trascendental fallo, lo cierto es que la irrupción de las TIC, la expansión de internet y el surgimiento de la globalización han hecho posible que cualquier individuo pueda convertirse en periodista a través de medios propios como páginas web, blogs, canales de YouTube, etcétera. Esta realidad innegable también desembocó en otro fenómeno: el periodismo ciudadano, que reivindica el derecho de todas las personas a informarse, pero también a informar y a generar opinión. “De esta manera, el periodismo ciudadano se convirtió en una válvula de escape para dar a conocer una realidad que muchas veces no mostraban los medios de comunicación tradicionales”, afirmó.
Un claro ejemplo de este movimiento es la sección “El periodista soy yo”, de Noticias Caracol. Este espacio permite que cualquier persona pueda producir videos breves con un celular u otro dispositivo sobre algún problema que afecte a su comunidad. Posteriormente, ese material se envía al noticiero, donde se difunde con el fin de concientizar a los gobernantes y a la sociedad en general sobre las problemáticas que se presentan en Colombia, en especial en sus rincones más apartados (es decir, allí donde no suelen llegar los medios de comunicación).
“Crear esta sección fue un reto, porque las personas no sabían cómo grabar los videos y fue necesario ir a los barrios para enseñarles y hacer que se empoderaran de su papel de periodistas; hoy en día es todo un éxito y ha permitido solucionar muchos problemas que afrontan las comunidades, lo cual es muy satisfactorio”, aseguró Alvira.
Enseñanzas para los corresponsales y voceros de la UC
Alvira invitó a los participantes a afinar su sentido periodístico. “En cualquier dependencia de la Universidad Central hay una noticia que contar; los corresponsales deben descubrirla y saberla contar, de modo que atraiga a los lectores. Si no nos esforzamos en esto, nuestro trabajo se invisibilizará”, dijo. Asimismo, recomendó utilizar un lenguaje sencillo y bien estructurado, procurando sintetizar la información siempre que sea posible.
Nuestro conferencista invitado también realizó ejercicios prácticos de manejo de cámara en entrevistas en vivo y pregrabadas con los corresponsales Rosaura Suárez Cortés, Cristian Díaz, Yor Mary Llanos, Martha Lucía Barrero y Rocío Albarracín. Tras evaluar su desempeño, hizo las siguientes recomendaciones a todos los asistentes:
- Se debe tener muy presente a quién va dirigido lo que estamos diciendo.
- El mensaje que se transmita debe ser contundente y llamar la atención.
- Hay que utilizar un lenguaje que nos acerque a la gente y nos permita “llegarle”. En este sentido, resulta útil pensar en cómo nos gustaría que nos contaran la noticia si nosotros fuéramos el público.
- Comunicamos buena parte de nuestros mensajes sin palabras; por tanto, es muy importante prestar gran atención a la expresión corporal.
Por último, Alvira felicitó a la Universidad por la creación de la Red Interna de Corresponsales, que a su juicio es un proyecto innovador y muy interesante de replicar en otros contextos. También expresó su agradecimiento a los voceros unicentralistas, que para él son muy cualificados en sus áreas de conocimiento y logran llegarle a la gente con facilidad.
Una vez más, el Departamento de Comunicación y Publicaciones y la RIC expresan su gratitud al conferencista invitado por compartir con nosotros sus conocimientos y vivencias; a nuestros corresponsales y voceros, por el interés demostrado en esta sesión de trabajo y el tiempo que le dedicaron; a la Rectoría y a la Vicerrectoría Administrativa y Financiera, por su respaldo irrestricto a las actividades de capacitación de la RIC; a Giovanni Clavijo, jefe de prensa; al Departamento de Servicios Administrativos y a la Coordinación de Auditorios, por su valioso apoyo en la logística y organización de esta charla.
