Para brindar un acompañamiento al trabajo que realizan los jóvenes pasantes del programa Manos a la Paz, la Universidad Central implementó una estrategia de acompañamiento, en la que un grupo de docentes de planta viajó a las zonas del posconflicto a apoyar la labor de los estudiantes unicentralistas en estas regiones del país.
Esta iniciativa, pionera en el programa, tuvo una gran acogida por parte de los coordinadores de Manos a la Paz y sirvió de inspiración para extender la convocatoria a profesionales y académicos de universidades vinculadas a Manos a la Paz, para que sean parte del servicio de asistencia técnica.
En total, a la fecha, se han vinculado, como tutores, 12 docentes de los programas académicos de Ingeniería Ambiental, Publicidad, Economía, Estudios Musicales y Arte Dramático.
Lyzeth Toloza, docente del programa de Ingeniería Ambiental, se vinculó en la cuarta convocatoria. Viajó a Yolombó, Antioquia, para acompañar a la estudiante Paola Andrea Bernal. Juntas desarrollaron tareas de gran importancia para el departamento antioqueño y municipios aledaños, enmarcadas en la conservación y sostenibilidad ambiental para la protección del ecosistema de esta región.
En Yolombó, la docente apoyó a Paola Andrea en entablar una relación de trabajo con la Alcaldía y la Secretaría de Salud Pública del municipio. Además, ayudó a organizar estrategias enfocadas en generar una mayor participación de la comunidad en las jornadas médicas, en las capacitaciones sobre manejo de residuos sólidos y en los talleres de alfabetismo.
“En esta etapa me sentí orgullosa de poder contribuir al país, además de crecer en lo profesional y personal. Espero que mi trabajo haya sido de gran provecho para esta comunidad”, aseguró Toloza.
La historia de Johan Avendaño Arias, otro de los tutores, no es muy diferente a la de Lyzeth. Avendaño, coordinador de la especialización en Geografía y Gestión Ambiental del Territorio de la UC, regresó de Valledupar luego de su trabajo de acompañamiento a la estudiante de Ingeniería Ambiental Andrea Sanabria Maldonado, en la realización de un proyecto sobre ecosistemas secos.
Para Avendaño, acompañar a una de sus estudiantes en el desarrollo de las tareas que se originan en un espacio distinto al aula de clases, ha tenido un gran significado.
“Sobre las pasantías tengo la mejor opinión, creo que es una gran oportunidad para los estudiantes, no sólo porque es su primer contacto laboral, sino por el conjunto de experiencias que tienen fuera del hogar, sumado a la vivencia de la realidad colombiana”, señala.
El compromiso de los tutores frente a la responsabilidad encomendada por la Universidad para ser los guías de los jóvenes pasantes en su proceso de prácticas profesionales es cada vez más alto.
“Hay que crear una sociedad de conocimiento, así que bienvenidos todos los esfuerzos que se hagan en el mundo por mejorar las experiencias fuera del aula de clases”, puntualiza Avendaño.
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