Su aporte se suma a las 50 toneladas de puños de cemento y yeso que hacen parte del homenaje a los líderes sociales de la exposición Regresando a la semilla.
Alberto Brunori, representante del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos en Colombia; Pablo Ruiz, director del PNUD en Colombia; Laura Villa, delegada del Consejo Nacional de Reincorporación-Farc, y Raúl Rosende, jefe de verificación de la Misión de Verificación de Naciones Unidas en Colombia visitaron el proyecto artístico Regresando a la semilla, expuesto en el Faenza-Teatro de la Paz.
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Durante el recorrido, donaron la impronta de su puño a la obra Pujanza como muestra de apoyo al proceso de posconflicto que vive el país y un recordatorio de los retos que están vigentes para proteger a los líderes sociales.
Conozca aquí cómo donaron la impronta de su puño
Luego de visitar la exposición, Alberto Brunori, representante del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos en Colombia, resaltó al Faenza como un espacio de memoria ideal para honrar la memoria de las víctimas y manifestar que se requieren garantías de no repetición para evitar la vulneración a los derechos humanos.
Por su parte, Raúl Rosende, jefe de verificación de la Misión de Verificación de Naciones Unidas en Colombia, resaltó el compromiso de la UC con la formación integral y la construcción de una cultura de paz.
Además, estos delegados compartieron un mensaje con la comunidad unicentralista:
Una mirada al Acuerdo de paz
La visita de estos expertos en conflicto, derechos humanos y procesos de paz, se realizó en marco del debate “Una mirada al Acuerdo de paz: el balance de la reincorporación de excombatientes y la protección a los líderes sociales” que se realizó en el Teatro de Bogotá de la Universidad Central, con el apoyo de Colombia 2020 de El Espectador, la Unión Europea, la Agencia de la ONU para Refugiados y el PNUD.
En el debate se analizó cómo avanza la implementación del Acuerdo de paz, destacando la reincorporación efectiva de los excombatientes de las Farc y el asesinato de los líderes sociales como los principales desafíos que debe afrontar el país tras dos años desde la firma del documento en La Habana.