Te compartimos algunos consejos para que te adaptes nuevamente a la interacción cara a cara con tus compañeros y disfrutes tu vida social en la Universidad.
La interacción con otros es parte fundamental de nuestra vida, de hecho, los humanos somos considerados seres sociales por naturaleza. Sin embargo, no todos interactuamos de la misma forma con otros: hay personas introvertidas o tímidas, pero las hay también abiertas y extrovertidas. Así mismo, hay situaciones que pueden modificar nuestros hábitos sociales, como ha ocurrido con las restricciones y la nueva normalidad producto de la pandemia por COVID-19.
La cuarentena inicial y la posibilidad de futuros aislamientos condujo a que las empresas optaran por el trabajo remoto y el teletrabajo, mientras que el sector educativo se decidió, en principio, por la educación remota mediada por las TIC y más adelante se encaminó al modelo de alternancia. Una vez avanzó el proceso de vacunación se abrió paso al reencuentro, pero no como antes, sino desde la llamada nueva normalidad, es decir, siguiendo estrictos protocolos de bioseguridad, con normas tales como mantener la sana distancia y evitar manifestaciones de afecto tan naturales para muchos, como el beso y el abrazo.
Para sobrellevar la situación no nos quedó más remedio que adaptarnos: somos seres de costumbres. Creamos nuevos hábitos y adaptamos otros a la nueva realidad. Ajustamos no solo nuestras rutinas, sino también nuestras relaciones sociales.
No obstante, es importante aclarar que, si bien la pandemia modificó parte de nuestras dinámicas de interacción con otros, eso no significa que haya acabado con nuestra vida social. Los procesos de socialización solo cambiaron de medio: de lo físico a la virtualidad, a la interacción por redes sociales o a través de ciertas plataformas.
Ahora, con el retorno a la presencialidad, es un hecho que regresamos también a la vida social cara a cara. Este cambio puede resultar inquietante para muchos, por esta razón, Jean Phylp Gutiérrez, psicólogo de nuestra Dirección de Bienestar Estudiantil, te da algunas recomendaciones para que retomes tu vida social de la mejor manera.
1. Revisa tus habilidades sociales
¿Eres hábil socialmente? ¿Consideras que tienes dificultad para relacionarte con otras personas? ¿Crees que tu vida social ha cambiado en los últimos dos años? En este punto es importante revisar algunos aspectos de tu vida antes de la pandemia, para contrastarlos con tu vida social hoy, así como examinar tus fortalezas y debilidades en tu interacción con otros.
Revisa, por ejemplo, la relación con tu círculo de amigos, tu comportamiento con los demás en diferentes entornos, el tipo de actividades que te gusta realizar (individuales o grupales), en qué entornos te sientes más cómodo. A partir de esta indagación podrás identificar cambios y planear los ajustes que consideres pertinentes.
Por ejemplo, si te resulta difícil socializar y quieres cambiar esa situación, identifica primero con quién o en qué entornos se te dificulta entablar una conversación: ¿con el mismo género o con el puesto?, ¿en familia o en la Universidad? Este será el primer paso.
Quizá no tengas problemas para iniciar conversaciones en general, pero te sea difícil hablar en público, hacer una exposición, formular una pregunta a tus profesores o conformar un grupo de estudio, lo que puede afectar negativamente tu nivel académico. En caso de presentar dificultades de este tipo, puedes acercarte a nuestra Dirección de Bienestar Estudiantil, donde recibirás ayuda.
2. Reconoce tus emociones y sensaciones sobre el retorno a tu vida social
¿Te angustia la idea de retomar tu vida social? ¿Te genera ansiedad el reencuentro o el hecho de conocer a nuevas personas? ¿Le temes al contagio por COVID-19?
Sentir nervios y ansiedad ante situaciones como esta es normal, todos experimentamos ese tipo de estados en menor o mayor grado, lo importante es reconocerlo, no negarlo, pero también es necesario enfrentarlo. “Reconozcamos esa ansiedad, pero no permitamos que tome el control sobre nosotros, manejémosla”, señala Jean Phylp Gutiérrez.
3. Planea acciones concretas y graduales para volver a tu vida social
Si tu propósito es hacer ajustes, planea acciones específicas que te permitan alcanzar tu meta; ve de lo sencillo a lo complejo, no te apresures. No pretendas hacer cambios inmediatos, pues puede resultar contraproducente o frustrante si no obtienes la respuesta esperada.
Por ejemplo, si te resulta difícil iniciar una conversación con desconocidos o te produce ansiedad hacerlo, un buen comienzo para romper el hielo es saludar, además de ser muestra de buena educación. Luego puedes intentar acercarte a los demás a partir de temas en común, como las clases, la hora de almuerzo, los espacios comunes dentro de la Institución, los hobbies. También puedes inscribirte en alguna de las actividades culturales o deportivas que Bienestar Estudiantil ha preparado para ti. Lo importante es atreverse, pero de manera natural, no forzada.
La puesta en práctica de acciones graduales, te darán autoeficacia y harán que tomes el control sobre tus nervios.
“Autoeficacia es capacidad que tengo para saber que estoy haciendo las cosas bien”, Jean Phylp Gutiérrez.
Así mismo, para manejar la ansiedad puedes revisar y realizar algunos ejercicios de relajación. Y, en relación con el temor al contagio, enfréntalo con el autocuidado. Sé precavido en todo momento, recuerda que el COVID-19 no se ha ido.
En síntesis, el paso inicial para dominar los nervios, la ansiedad o el miedo consiste en enfrentar gradualmente el factor o los factores que generan ese estado.
4. Dale paso a tu vida social con calma y coherencia
Si antes de la pandemia estabas acostumbrado a una dinámica de mucha interacción, es normal que hayas sentido frustración, tristeza o bajo ánimo, puesto que perdiste un entorno en el que vivías momentos agradables, de integración, descanso o esparcimiento. Quizá con el tiempo y la reducción de las restricciones iniciales empezaste a hacer planes para reanudar las actividades individuales y grupales que solías hacer. Ahora ha llegado el momento de retomar esas actividades, pero debes hacerlo con calma, pues aún estamos en pandemia y no podemos bajar la guardia.
Lo aconsejable es no retomar las viejas rutinas ‘de sopetón’, sino gradualmente y con los debidos cuidados de bioseguridad, en coherencia con el estilo de vida actual. En palabras del psicólogo Jean Phylp Gutiérrez:
Ten presente que cuidarnos es cuestión de todos.
5. Asume los cambios con buena actitud, piensa en ti y en los demás
En estos últimos dos años todos hemos cambiado, en mayor o menor medida, independientemente de la pandemia. La vida no es estática e inmutable, todo lo contrario, está llena de cambios a partir de las decisiones que tomamos, las experiencias que vivimos o las circunstancias que debemos afrontar. Por eso, no podemos esperar que todo esté tal cual lo dejamos hace dos años, menos las personas. Lo importante es reconocer no solo nuestros cambios, sino también los ajenos, aceptarlos y, a partir de esa aceptación, reencontrarnos, reconocernos, respetarnos y convivir.
Trata de ponerte en los zapatos del otro para poder comprenderlo, pues no conoces plenamente las circunstancias de su vida; recuerda que, ante todo, está el respeto a las diferencias.
Sé amable con los demás en todos los medios de interacción: cara a cara, vía telefónica, correo electrónico, chat, etc., recuerda que detrás de cada medio hay una persona y la forma en la que te relacionas con las personas determina tu vida social, por eso, te invitamos a tratar a los demás como quisieras que te traten a ti y a tus seres queridos.
¡Bienvenida sea la vida social con respeto y responsabilidad!