Este año realizaremos el XII Foro Nacional del Agua, un espacio para debatir y proponer soluciones sostenibles que protejan este preciado recurso.
Entre el 25 y el 29 de agosto de 2024, se celebró la Semana Mundial del Agua, un espacio dedicado a la reflexión sobre los temas relacionados con el agua, su estado actual, cuidado e importancia para la vida en la Tierra.
Escasez de agua en Bogotá
El año 2024 quedará en la memoria de los bogotanos como un período significativo. Una vez más, la administración local se ha visto en la necesidad de implementar medidas para regular el uso del agua. Aunque estas acciones pueden resultar incómodas para algunos, desde la perspectiva científica se justifican y cuentan con un sólido respaldo.
Este escenario no es nuevo para la ciudad. En 1984, Bogotá enfrentó una de las sequías más intensas de su historia, lo que llevó no solo a implementar acciones de racionamiento, sino también a tomar medidas extraordinarias como la "siembra de nubes". Esta técnica, que consiste en dispersar agentes químicos en la atmósfera para inducir la condensación de la humedad y así promover la lluvia, generó un debate entre expertos debido a su aplicación y resultados.
Lo ocurrido en 2024 fue el resultado de la combinación de un patrón climático recurrente en nuestra región, conocido como el fenómeno de El Niño –caracterizado por el calentamiento anómalo de las aguas superficiales que provoca una mayor evaporación– junto con los efectos del cambio climático que han marcado esta época. Es importante destacar que estos últimos ya habían sido advertidos con antelación, como lo indicó el informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) sobre el estado de los recursos hídricos mundiales en 2022.
Lo advertido por el profesor Petteri Taalas es exactamente lo que estamos viviendo en Bogotá y en los municipios con los que compartimos fuentes hídricas. Estamos experimentando una reducción generalizada de la precipitación, junto con períodos de calentamiento agudos que aumentan la evaporación y la evapotranspiración del agua en cuerpos de agua y suelos. Esto requiere un período prolongado de lluvias, no solo para recargar los embalses, sino también para restaurar primero la humedad en los suelos que alimentan esos embalses, ya que los suelos absorben inicialmente grandes volúmenes de agua.
Nos enfrentamos a embalses con volúmenes de almacenamiento reducidos y en tendencia a la baja, una situación que preocupa a expertos y conocedores de las dinámicas naturales del agua, no solo por la actual crisis, sino por la incertidumbre a corto y mediano plazo que trae consigo el cambio climático al alterar el ciclo hidrológico y sesgar las predicciones climáticas.
¿Mitigar o adaptarse?
Esta es una pregunta clave que todos debemos considerar, ya que adoptar una postura es esencial. Dado que los efectos del cambio climático son el resultado acumulativo de décadas de actividad humana, es difícil imaginar la posibilidad de revertir este escenario en el corto o mediano plazo. Por lo tanto, es crucial tomar acciones inmediatas para ajustar nuestra forma de interactuar con el ambiente y modificar nuestros hábitos de consumo. No solo es necesario cuidar el agua para garantizar su conservación a largo plazo, sino también adaptarnos a un escenario de disponibilidad reducida de agua, del cual dependeremos inevitablemente.
Medidas como el racionamiento de agua adoptado en Bogotá y en algunos municipios desde abril de 2024, aunque incómodas para la ciudadanía, son esenciales para asegurar la disponibilidad futura del recurso hídrico. Adaptarse, en este contexto, significa aceptar y cumplir con estas medidas, así como realizar cambios en nuestros hábitos diarios en el hogar.
¿Cómo puedo contribuir?
- Para enfrentar el cambio climático y sus efectos, es necesario adoptar un cambio de mentalidad. Debemos aceptar que Colombia y el mundo ya no son como los conocimos; el escenario del cambio climático, del que se habló durante décadas, ya se ha materializado y está mostrando sus efectos. Por ello, es fundamental estar dispuestos a aceptar cambios en nuestros hábitos, incluso si eso implica algunas restricciones.
- Una de las formas más efectivas de contribuir es organizando nuestras actividades domésticas para hacer un uso más eficiente del agua. Por ejemplo, podemos fijar días específicos para lavar la ropa, asegurándonos de utilizar la capacidad completa de la lavadora, cambiar el orden en que lavamos los artículos de cocina o adoptar rutinas de higiene más definidas. Estas acciones pueden tener un impacto positivo directo en la reducción de nuestro consumo de agua.
- Además, es importante revisar nuestros hábitos de consumo en general. No solo debemos ser conscientes del agua que utilizamos directamente en nuestras actividades diarias, sino también del consumo de bienes y servicios que requieren agua en su producción. Este consumo indirecto se mide a través del concepto de “agua virtual”.
- Por otra parte, optar por usar la bicicleta o caminar en lugar de utilizar medios de transporte automotor no solo beneficia nuestra salud, sino que también tiene un impacto indirecto y positivo en la reducción del consumo de agua en los procesos asociados a la movilidad.
A continuación, conoce algunos ejemplos del agua virtual asociada a la producción de ciertos productos:
- Una camiseta de algodón: aproximadamente 2.700 litros de agua (2,7 toneladas)
- Un teléfono móvil: aproximadamente 13.000 litros de agua (13 toneladas)
- Un kilogramo de carne: aproximadamente 15.000 litros de agua (15 toneladas)
- Una botella de agua de 500 ml: entre 3 y 7 litros de agua
Como comunidad universitaria, tenemos la oportunidad y la responsabilidad de liderar estos cambios. Ajustando nuestros hábitos de consumo y promoviendo prácticas sostenibles, podemos contribuir de manera significativa a la conservación del agua y a la mitigación de los efectos del cambio climático.
Foro Nacional del Agua: 24 años de historia
Desde su creación en el año 2000, el Foro Nacional del Agua de la Universidad Central ha evolucionado a través de diversas versiones, cada una abordando temáticas relevantes que reflejan los desafíos y realidades hídricas del país y del mundo.
En sus primeras ediciones, el foro se centró en la gestión y conservación del agua, promoviendo el diálogo entre académicos, profesionales y actores de la sociedad civil. Con el tiempo, se han incorporado enfoques sobre la seguridad hídrica, el cambio climático y las políticas públicas, para convertirse en un espacio esencial de reflexión y debate. Las versiones más recientes han destacado la importancia de las alianzas estratégicas y la sostenibilidad en la conservación del recurso hídrico, lo que reafirma el compromiso de la UCentral con la defensa del agua y la promoción de soluciones innovadoras. Este recorrido ha permitido consolidar el foro como un evento bianual de gran relevancia, que enriquece el conocimiento en la comunidad académica e impacta positivamente en la sociedad colombiana.
Para los futuros ingenieros ambientales, así como para los estudiantes de todas las disciplinas, el Foro representa una oportunidad invaluable para conectarse con líderes y expertos del sector, ampliar su visión sobre los desafíos ambientales actuales y asumir un rol protagónico en la protección del medio ambiente, lo que asegura un legado de sostenibilidad para las generaciones venideras.
¡Ayúdanos a crear una cultura de uso eficiente del agua en la U!
En el marco de la Semana del Agua, invitamos a toda la comunidad universitaria a unirse en la creación de una cultura de ahorro y uso eficiente del agua en nuestra Universidad. Cada acción cuenta, y juntos podemos marcar la diferencia para asegurar la sostenibilidad de este recurso vital. Aprovechemos esta oportunidad para reflexionar sobre nuestros hábitos diarios y asumir un compromiso activo en la conservación del agua, tanto dentro como fuera de nuestro campus. Recordemos que el cambio comienza con cada uno de nosotros. Al cuidar el agua, estamos protegiendo el futuro de nuestra Universidad y del planeta.
¡Los esperamos en el Foro Nacional del Agua, el próximo 26 de septiembre de 2024, en el Teatro de Bogotá!