Las tiendas representan uno de los negocios alternativos de mayor tradición en el país y enfrentan, una vez más, algunas coyunturas que comprometen su viabilidad futura.
Las circunstancias de orden económico y social que comprometen a las tiendas de barrio no son nuevas. Las amenazas de cierre comenzaron a cernirse cuando arribaron a Colombia las grandes cadenas o modelos de supermercados y de tiendas por departamentos. Ni hablar cuando todo comenzó a concentrarse en las llamadas grandes superficies o hipersupermercados.
En la actualidad, las tiendas de barrio soportan la férrea competencia de, a su vez, pequeños mercados que son propiedad de las grandes marcas. También, enfrentan a las poderosas cadenas de mini retail (D1, Justo y Bueno), que han puesto en jaque, por bajos precios y calidad, hasta a los hipermercados.
Jorge Bojacá, docente del Departamento de Mercadología de la Universidad Central, asegura que la crisis se extiende a todos los sectores, pero que no es tan cierto que se estén cerrando las tiendas por la falta de ventas; al contrario, se abren más cada día.
“El fracaso depende del tendero de la tienda, no del modelo”, afirmó.
Bojacá considera que las tiendas de barrio mantienen su peso dentro de la economía nacional, desde hace 25 años. “La torta del mercado del retail se mantiene. Las grandes cadenas tienen el 52 % de este sector y las tiendas de barrio el 48 %”.
El éxito o el fracaso
Agregó que el secreto del éxito radica en las características de las tiendas, es decir, las promociones, el hecho de fiar, la atención tan personalizada entre el tendero y el cliente, y el surtido ideal de acuerdo con las necesidades del grupo poblacional donde está ubicada.
“Hay que ser asertivos en las promociones, ese es el secreto. Pero también hay que saber acomodarse a ciertas eventualidades, como los fines de semana y las fiestas de calendario. Allí, el tendero puede crear sus propios eventos, con sus categorías de productos y aplicar descuentos. Es clave también exhibir los productos”, agregó.
El experto aseguró que las tiendas en Colombia —aproximadamente 450 mil— mantienen su clientela cautiva, mientras que los hipermercados están casi vacíos durante los fines de semana. Reconoció que la competencia para este sector la ejercen hoy los llamados hard discounts o los duros de los descuentos (outlets).
Entre tanto, la tienda sigue manteniendo a su clientela conociendo sus gustos, su capacidad de pago; incluso podrían darse el lujo de emitir su propia tarjeta de crédito.
“Comparo a la tienda con una niña bonita que hay que mantener y que ha logrado ventajas importantes para la economía en Colombia: el 80 % de las ventas de los fabricantes de confitería y lácteos, por ejemplo, se hacen en las tiendas en forma directa y sin distribuidores”.
Son los nuevos retos los que obligan al estudio y al conocimiento de las causas de las llamadas crisis estacionales y otras de mayor complejidad, pues es a partir de análisis que se pueden concretar respuestas que permitan superar los desafíos y lograr estabilidad y rentabilidad. Para ello, los programas profesionales de mercadeo son esenciales.
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