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Tierra, poder y desigualdad: impacto del Acuerdo de Paz

El programa radial Central Económica exploró las implicaciones del Acuerdo de Paz en la distribución de tierras y su impacto en la equidad social en Colombia

Tierra, poder y desigualdad: impacto del Acuerdo de Paz

 

¿La inequidad en la distribución de la tierra ha sido un motor del conflicto armado o un obstáculo para el desarrollo rural en Colombia? Los profesores del programa de Economía de la Universidad Central que conducen el espacio radial Central Económica respondieron a este interrogante y profundizaron en la histórica concentración de la propiedad de la tierra en Colombia y su relación con la pobreza rural y el conflicto social.

Asimismo, discutieron las oportunidades que el Acuerdo de Paz ofrece para transformar esta realidad mediante una reforma rural integral. Con la participación de especialistas, abordaron los mecanismos propuestos en el Acuerdo de Paz para redistribuir la tierra, mejorar el acceso a crédito y asistencia técnica, fortalecer la institucionalidad agraria y promover la participación de la sociedad civil.

Conéctate a la transmisión de Central Económica todos los lunes, de 3:00 a 4:00 de la tarde, a través de Sintopía radio, la emisora institucional de la Universidad Central.

 

A continuación, conoce el editorial de Central Económica correspondiente al episodio del 20 de mayo de 2024:

La tierra, el poder y la desigualdad: el Acuerdo de Paz como alternativa hacia la equidad

La concentración de la propiedad en pocas manos ha marcado la historia de Colombia. Ha sido determinante en la generación de pobreza rural, migración, limitaciones en la producción de alimentos y exacerbó el conflicto social. Esta profunda inequidad ha sido una de las principales causas del conflicto armado que ha azotado al país durante décadas y continúa siendo un obstáculo para el desarrollo rural y la construcción de una paz duradera.

El informe "Fragmentación y distribución de la propiedad rural en Colombia", elaborado por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC), presentó un panorama alarmante: aproximadamente el 1 % de los propietarios concentra el 70 % de la tierra rural. Esta cifra desnuda la profunda desigualdad que existe en la distribución de este factor fundamental para la vida y el desarrollo de las comunidades rurales.

El Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera representó un hito histórico en la búsqueda de una Colombia más justa y equitativa. En su Punto 1, sobre Reforma Rural Integral, el Acuerdo reconoce la importancia de abordar la desigualdad en la distribución de la tierra como un elemento fundamental para alcanzar una paz duradera. Lo establecido en el Acuerdo constituye una hoja de ruta para transformar la realidad rural del país que se puede concentrar en cuatro aspectos:

1. Redistribuir la tierra: implementar mecanismos justos y transparentes para la asignación de tierras a campesinos, priorizando a las comunidades más afectadas por el conflicto y la pobreza.

2. Garantizar el acceso a crédito y asistencia técnica: brindar a los pequeños productores las herramientas y el apoyo financiero necesarios para aumentar su productividad y mejorar sus condiciones de vida.

3. Fortalecer la institucionalidad agraria: crear un marco institucional sólido y eficiente que garantice la implementación efectiva de la reforma agraria y la defensa de los derechos de las comunidades rurales.

4. Promover la participación de la sociedad civil: fomentar la participación activa de las comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes en la toma de decisiones y el diseño de las políticas públicas relacionadas con la tierra.

El Acuerdo de Paz no solo reconoce la necesidad de una reforma agraria integral, sino que también establece mecanismos para su implementación. La creación de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación (CNRR) y la Unidad de Restitución de Tierras (URT) son ejemplos de ello.

Lograr una distribución más justa de la tierra en Colombia no solo es un asunto de justicia social, sino que también es fundamental para el desarrollo rural, la seguridad alimentaria, la construcción de una paz duradera y la consolidación de una Colombia más justa y equitativa para todos.

La tierra debe ser un símbolo de oportunidad y bienestar para las comunidades rurales, no un instrumento de exclusión y desigualdad. En este sentido, queda una pregunta por resolver: ¿El Acuerdo de Paz, con su enfoque integral sobre la Reforma Rural Integral, representa una oportunidad histórica para transformar la realidad rural de Colombia y avanzar hacia una sociedad más justa y equitativa?

 

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¡Conéctate y escucha el programa en la emisora de la U. Central!

 

 

Central Económica
Programa de Economía
Facultad de Ciencias Empresariales y Jurídicas
Bogotá, D. C., 22 de mayo de 2024
Imagen: Freepik
Última actualización: 2024-06-06 17:29