La nueva dirección del programa de Ingeniería Industrial anuncia importantes cambios que consolidarán a la carrera como eje vanguardista educativo.
Sandra Patricia Rodríguez Acevedo es una persona alegre, tranquila y sencilla. Es madre de dos hijas y viene de una familia de ingenieros en donde su padre le heredó el gusto por un área que se ha convertido en su gran pasión. Hace poco asumió la dirección del programa de Ingeniería Industrial de la U. Central y con ello, ha demostrado un gran amor y convicción por innovar el concepto de esta ciencia a partir de necesidades acordes con una época tecnológica revolucionaria.
Un gran perfil
Sandra es una persona apasionada por la academia y siempre ha buscado nuevos conocimientos que complementen su currículo, no solo alrededor de la ingeniería, sino en la gestión y la educación. Es por ello que en su recorrido académico cuenta con tres profesiones: es ingeniera de alimentos, administradora de empresas e ingeniera industrial. También es especialista en Gerencia Financiera y en Gerencia de Mercadeo, además de magíster en Educación. Por todo ello cuenta con un alto perfil que le permite tener a su disposición una visión amplia y certera de las demandas para los estudios en ingeniería.
Además, su amplia experiencia en diversas empresas del sector privado en campos relacionados con el servicio al cliente, mercadeo, producción en el campo de valores e implementación de Sistemas de Gestión de Calidad, ha consolidado que sostenga una cualificación laboral creativa, visionaria y posibilitadora de nuevos caminos para el programa de Ingeniería.
Un inicio especial
Su llegada a la Universidad Central se da en un momento muy importante para ella, pues nuestro centro de estudios está en plena transformación y, asimismo, el plan curricular del programa. En ello, Sandra asegura que se encuentra muy feliz al reencontrarse con esta área:
También, Sandra comenta que está muy orgullosa de estar en una Universidad con gran trayectoria y, aunque ahora tiene a su cargo retos muy grandes de transformación curricular y epistémica con la facultad más grande de la Institución, está convencida del gran potencial que pueden alcanzar los estudios en ingeniería.
Con miras a estos cambios, señala que el programa de Ingeniería Industrial puede tener grandes oportunidades si aprovecha y visiona las demandas del mercado laboral y las posibilidades de expansión y trabajo a partir del legado de la Cuarta Revolución Industrial.
Nótese acá que esta etapa tecnológica, según el economista Klaus Schwab, incluye una evolución de las tecnologías en las que diversos canales pueden interconectarse a nivel físico, biológico y digital, y en la misma es posible encontrar muchos avances en áreas como la inteligencia artificial o la nanotecología, que, por supuesto, requieren de acompañamiento desde la ingeniería.
Ingenieros del futuro
Sandra tiene muy clara su visión del ingeniero industrial de la U. Central: no solo es alguien formado en aspectos indispensables de la disciplina, sino también un investigador en áreas emergentes y de revolución tecnológica, capaz de desarrollar, a su vez, habilidades blandas.
Esta sentencia implica un reto enorme, pues, por ejemplo, los dilemas éticos frente al despliegue de nuevas concepciones de mundo y formas de relacionarnos desde la Inteligencia artificial, han causado gran revuelo en diversos comités de ética tecnológica a nivel mundial. No obstante, estar a la vanguardia de estas discusiones y propuestas traerá múltiples beneficios epistémicos para el área.
“Quiero que el estudiante que se inscriba a Ingeniería Industrial encuentre un programa que responda no solo a la necesidad del mercado sino a todo el reto de la revolución industrial”.
Un perfil integral, de cara al futuro y a la humanidad, podría ser una definición con la que Sandra perfila a los futuros estudiantes a partir de la transformación curricular del Programa. Saberes en implementación de inteligencia artificial, analítica de datos, BigData, robótica, automatización de procesos industriales, entre otros, podrían estar convocados para esta renovación académica.
Un hogar que acoge
Finalmente, Sandra afirma que la llegada a la Universidad Central le ha sido tan familiar, que de manera inmediata se ha podido incorporar con amenidad al equipo de trabajo y al campus en general:
“Yo me he sentido en casa desde el primer día. Me he sentido en una organización cálida, cercana, pero sobre todo respetuosa y eso me hace sentir muy cómoda. Desde el punto de vista del reto profesional, tengo unos compañeros fenomenales. El hecho de ser ingenieros hace que confluyan muchos diálogos y conversaciones… Llevo menos de un mes y me siento absolutamente convencida de la transformación curricular.”
Con esta acogida humana y académica, Sandra ha podido cristalizar su pensamiento sobre el futuro curricular del Programa, a partir de la premisa de formar ingenieros para la transformación social. Ella es fiel creyente del potencial del camino educativo, más aún, en un mundo que se está transformando día a día y que está creando nuevas realidades tecnológicas para la vida y para las relaciones humanas mediadas por contextos virtuales.
