Una iniciativa del Cineclub y la Unidad para las Víctimas que convoca a la reflexión crítica y solidaria, al diálogo entre el cine y la sociedad. El fin de este espacio es la proyección de películas que presentan a nuevos autores y algunos consagrados, que en muchas ocasiones hacen del cine un texto que estética y narrativamente revela estructuras complejas de lo social que no tienen espacio en el discurso público colombiano, y que se convierten en el indicador de los deseos, miedos, abusos, creencias, fracasos, costumbres, violaciones a los derechos humanos y narrativas de resistencia en el mundo.
Jueves 13 de junio
Hora: 5:30 p. m.
Nos están matando. Emily Wright y Tom Laffay, 20 min (Colombia)
Nos están matando sigue la historia de dos líderes sociales, un indígena y un afrodescendiente, que luchan por los derechos de sus comunidades mientras navegan el lado de la muerte del proceso de paz en Colombia: más de 200 asesinatos desde el 2016.
Emily Wright
Es una documentalista y periodista inglesa radicada en Bogotá. Su trabajo se centra en los derechos de las mujeres y las cuestiones sociales. Algunos de sus trabajos han aparecido en Foreign Policy, The Guardian, The Atlantic, Vice News, RFI, Deutsche Welles y Al Jazeera.
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Twitter: @emely_wright
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Instagram: @emely_wright
Jueves 27 de junio
Hora: 5:30 p. m.
Los colores de la montaña. Carlos César Arbeláez, 88 min (Colombia, 2011)
“Los colores de la montaña es un retrato actual de la vida cotidiana de una vereda en algún lugar de la zona montañosa del campo colombiano.
Este largometraje de ficción está contado desde la óptica de los niños, protagonistas de esta historia. La mirada poética e inocente de los menores, crea un vivo contraste, no exento de ironía, sobre los actos irracionales y a veces crueles de los mayores.
La historia de la película se centra en la amistad entre Manuel, el niño protagonista, y Julián, su mejor amigo y compañero de escuela. Un día, mientras juegan un partido de fútbol, pierden el balón que va a parar a un campo minado. Junto a Poca Luz, tratarán por todos los medios, de rescatar este preciado objeto, imprescindible para sus sueños y vidas cotidianas. De esta misma manera, la dura realidad se irá imponiendo poco a poco a sus juegos.
El niño que pasa en muletas sin una pierna, el sonido de los helicópteros en la noche, los letreros en las paredes que al principio eran signos de un conflicto armado todavía lejano, empiezan a aparecer de una manera más frecuente en la vida de los habitantes de la vereda La Pradera. Al final, una serie de hechos difíciles e impredecibles, traerán como consecuencia la separación de Manuel y Julián para siempre, frustrando los sueños de los niños, y también de los grandes, quienes deberán enfrentar un destino desconocido y difícil cuyo desenlace desconocen”. (Retina Latina. (s. f.). Los colores de la montaña. Disponible en https://bit.ly/2JIMO1S).
Lugar: Teatro México, Auditorio Fundadores, calle 22 n.° 5-91