Un conversatorio sobre el panorama de la cinematografía brasileña contemporánea y la proyección de la película Amarelo manga, de Claudio Assis, dieron inicio a este ciclo de cine.
A propósito de Brasil y la Copa América, el Cineclub de la Universidad Central presentó este ciclo de cine que invitaba al público a conocer más sobre la cultura y las imágenes en movimiento de un país ecléctico, que se construye con la riqueza del mestizaje en un territorio vasto y enigmático.
Esta muestra de cine inició el 17 de junio, y estuvo dedicada al resurgimiento del cine de dicho país en lo que se denomina la retomada del cine brasileño, época gloriosa que se da desde mediados de los años noventa, gracias a los cambios en políticas públicas culturales que permitieron un gran florecimiento del cine.
Aunque es complicado hablar de un “nuevo cine brasileño” como categoría, lo que sí es cierto es que fenómenos como la globalización y con él las posibilidades de coproducción, abrieron un nuevo camino para esta cinematografía que ha logrado encontrar equilibrio entre la forma y el contenido, entre el cine de autor y el cine industrial.
20 películas en total se presentaron, en funciones de 2:30 y 5:30 p. m., desde el 17 hasta el 30 de junio, en el mítico Teatro México, Auditorio Fundadores de la Universidad Central.
Las películas
El público tuvo la oportunidad de ver autores y obras tan importantes como Amarelo manga, de Claudio Assis; Romeo y Julieta, de Bruno Barreto; Tropa de élite, de José Padilha (ganadora del Oso de Oro 58.º Festival de Cine de Berlín, categoría de mejor película); Línea de pase (competencia Palma de Oro en Cannes), de Walter Salles, entre otros.
Las temáticas y los abordajes de las mismas eran variadas, pero existía una constante en esta curaduría y era la preocupación por las problemáticas sociales, preocupación que en el cine brasileño se hereda del Cinema Novo, movimiento cinematográfico que marcó de manera fundamental el cine latinoamericano entre los años 50 y 60.
Los grandes nombres de aquellos años como Glauber Rocha, Nelson Pereira Dos Santos, Joaquim Pedro de Andrade, Ruy Guerra o Leon Hirszman, permanecen vigentes como la base sobre la que se cimienta la cinematografía contemporánea de este hermoso país.
Igualmente, hombres y mujeres campesinos, algunos otros desplazados, que viven ahora en las grandes favelas de las diferentes ciudades de Brasil, la segregación racial que ha estado arraigada históricamente en el país, pero también el exotismo, los problemas de la clase media y alta, son tópicos que dan cuenta de un país diverso y profundamente complejo.
De otro lado, el sertón o gran desierto del nordeste del país, escenario fundamental de la cinematografía brasileña, fue también un lugar que se pudo explorar a través de este cine moderno que en ocasiones se remite a mirar hacia el pasado histórico reciente, para hacer un ejercicio de memoria y construcción de identidad.
El cine brasileño contemporáneo se mueve en las tensiones entre ciudad y campo, barbarie y civilización. Como Latinoamérica entera, los embates entre la premodernidad y la posmodernidad y la profunda división de clases, se hacen evidentes en las diferentes realidades que se muestran en estas películas.
Comedias, dramas, thrillers, policíacos y road movies, son algunos de los géneros que tuvieron la oportunidad de disfrutar los asistentes que quisieron viajar al Brasil de nuestros días, a través del cine.
El cineclub más antiguo de la ciudad de Bogotá
El Cineclub de la Universidad Central nace en 1975 como una iniciativa del Departamento de Humanidades y Letras y, desde 1998, funciona en el Auditorio Fundadores, antiguo Cinema Azteca, que hoy hace parte del Teatro México, ubicado en la calle 22 n.° 5-91, junto a las instalaciones del IDU en Bogotá.
